Después de varias semanas en preparación aqui os presento este reportaje, donde además del testimonio gráfico en primera persona, he recopilado la información necesaria para conocer un poco más el mundo de los glaciares alpinos austríacos, donde he querido reflejar principalmente, el estado de clara recesión en que se encuentran, las soluciones que se pretenden adoptar y una visión general del conjunto de todos los glaciares que pude ver durante mi estancia en el Tirol.
LOS GLACIARES EN PELIGRO. COMO AVANZAN Y RETROCEDEN.
Los glaciares tienen un millón de años de antigüedad, pero algunos de ellos parecen estar destinados a desaparecer.
El glaciar avanza sin cesar a medida que los bloques de hielo en equilibrio, situados en la zona baja, se desprenden poco a poco, tanto de día como de noche, en invierno y en verano. Por tanto estos desprendimientos de séracs, que tanto peligro representan para los alpinistas que recorren ciertas zonas del glaciar, no se deben sólo a las variaciones de las temperaturas, por lo que resultan completamente imprevisibles.
El crecimiento o retroceso de un glaciar depende del equilibrio entre la cantidad de nieve caída y la que se funde, es decir, la cantidad de nieve que se asienta en la cuenca de alimentación por un lado, y la cantidad de hielo que se funde o desplaza lejos de la zona de fusión por otro.
Si la temperatura media baja considerablemente, el glaciar aumentará, pero si por el contrario la temperatura sube el glaciar retrocede llegando incluso a desaparecer si no es alimentado durante mucho tiempo.
Hoy en día, y en algunos puntos de la Tierra, ese equilibrio se ha roto.
El glaciar se alimenta tanto de las avalanchas que descienden por las paredes del circo, como del hielo y las lluvias esporádicas, mientras que la fuerzas de fusión actúan paralelamente: desprendimiento de bloques de hielo que son arrastrados por el torrente subglacial, fusión del hielo...procesos que sucederán mucho más rápido cuanto mayor sea la temperatura.
Ante la cuestión de porqué los glaciares alpinos están sufriendo un vertiginoso retroceso, la tendencia general hasta la fecha ha sido culpar al calentamiento global que sufre la Tierra causado por la emanación de gases contaminantes. Pero los científicos, prudentes, afirman que este retroceso entra dentro del orden de los cambios provocados por la naturaleza.
LA AMENAZA DEL DESHIELO.
El retroceso de los glaciares alpinos se ha convertido en una potencial amenaza no sólo para la industria turística invernal, la producción hidroeléctrica o para los recursos de agua potable en ciertos valles. Además, aumenta considerablemente los riesgos asociados a los movimientos de sus enormes masas -hasta una centena de catástrofes se han registrado en el transcurso de los dos últimos siglos-. Los accidentes más frecuentes han sido debidos a los desprendimientos de seracs -enormes trozos de hielo glaciar desprendido- o a las rupturas de la lengua glaciar.
PROTECCION DE LOS GLACIARES: FUNDAS.
Los Glaciares de Austria son protegidos con mantas de plástico blanco y láminas de aluminio para detener su progresivo derretimiento.
La mayoría de los 925 glaciares de Austria ha ido retrocediendo después de décadas de calentamiento paulatino, lo que ha obligado a los investigadores y a los operadores de las estaciones de esquí a buscar soluciones originales. En la región tirolesa del oeste de Austria, luchan para combatir el derretimiento cubriendo los lugares más vulnerables con mantas de plástico blanco o láminas de aluminio para mantener el frío adentro y el calor afuera.
Claro que no pueden salvar los glaciares enteros, sino hacer más lenta la contracción.
Los esquiadores veraniegos ahora tienen que pasar junto a un manto de polietileno blanco del tamaño de una cancha de fútbol sobre el trasfondo de las majestuosas cumbres. El polietileno obra como un termo hermético desviando el calor del sol y manteniendo el frío.
Esas enormes fundas no son nada nuevo en Austria ni en otras partes del mundo. Las superficies en torno de los pilones de los telesquíes son particularmente delicados debido al deshielo anual, lo que obliga a los trabajadores a volverlos a afirmar una y otra vez.
Pero en el verano del 2003, las temperaturas récord y la falta de nieve y lluvia aceleró el deshielo, exponiendo rocas, tierra y troncos de árbol de antiguos bosques en el medio de las estaciones de esquí. La firma Wintersport Tirol AG & Co, que administra cuatro centros de esquí en el Tirol, buscó la ayuda de científicos del centro de investigación AlpS y glaciólogos de la Universidad de Innsbruck.
Las primeras superficies amplias fueron cubiertas el año pasado. En 2003, unas 16 hectáreas están cubiertas en las regiones tirolesas de Stubaital, Otztal, Kaunertal y Pitztal, un 5% del total.
Se están haciendo trabajos similares en la vecina Suiza, donde los estudios indican que los glaciares han perdido casi una quinta parte de su área total entre 1985 y el 2000, a una tasa siete veces superior a la de un período de 123 años que concluyó en 1973.
Los 2.300 metros de cubiertas cuestan 24.000 dólares, además de la mano de obra.
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Y aquí podemos ver las primeras fundas sobre glaciar en el dominio esquiable de los glaciares del Pitztal. El Pitztal es un valle del Tirol, famoso por sus extraordinarios paisajes de alta montaña junto al circo glaciar en el que se encuentra el Wildspitze (3.774m.) la cumbre más alta del Tirol.