En ocasiones, alrededor de la sombra de una persona u objeto se presentan una serie de pequeños anillos concéntricos colorerados, pero sin que dentro de esos anillos se perciba ninguna figura. A esos anillos se les llama "glorias" por su semejanza con las que se pinta en estampas y cuadros en torno a la cabeza de los santos.
Las glorias se producen por efecto de la difracción de la luz del sol por gotas de agua muy pequeñas que forman parte de la nube o la niebla.