Son de un reportaje que publiqué en "CNR" en abril de 2002:
Viene de antes... (lo siento, es mi trabajo, y no puedo colgarlo enterito en la web....)
(... de CNR, abril 2002, (c) Grupo Zeta// A. Pérez Bea
Es conocida la gran inercia de los procesos en el sistema climático y si a ello se añade la larga vida y persistencia de los gases contaminantes en la atmósfera "es difícil una rápida vuelta a la normalidad, aun eliminando drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero". Para Javier Martín Vide, uno de los especialistas más reputados en climatología de la Península Ibérica, "en el caso más optimista, llegaríamos a finales del siglo XXI con una temperatura media "sólo" 1 º C. superior a la media histórica de 14'º C, que será, de todos modos, nada menos que el doble de lo que el planeta se calentó a lo largo del siglo XX. Es lo "menos malo"" según el reputado geógrafo que, actualmente está analizando la irregularidad pluviométrica de la Península Ibérica y ha llegado a la conclusión de que "si la lluvia en
España se está haciendo cada vez más irregular. Eso sería también cambio
climático. Podrían totalizarse los mismos milímetros en promedio, pero con
una aparición temporal más extremada".
Las consecuencias del cambio climático se van a traducir en un aumento del riesgo de gotas frías en el Mediterráneo, sequías en lugares inhabituales como el Cantábrico y episodios fuera de estación como frío en primavera, fresco y atroces episodios tormentosos en plena canícula del verano o "veranillos" de San Martín en pleno invierno. Según Martín Vide, "un aumento de los sucesos o episodios extremos es consistente teóricamente, dado que el sistema climático para alcanzar un nuevo estado de equilibrio pasará por fases y sucesos de reajuste bruscos".