Hace unos años vi un documental sobre unos córvidos (creo que eran cornejas) de Canadá que habían aprendido a romper las cáscaras de nuez sin desgastar el pico. Resulta que esperaban a que el semáforo se pusiera en rojo, colocaban las nueces en las futuras rodadas de los coches, y cuando estos pasaben y volvía a cerrarse el semáforo, iban a recoger las nueces ya mondadas.
La naturaleza no deja de sorprender.