A continuación cuelgo un artículo publicado hoy en el diario LNE. Ya es la segunda vez que me sorprende con un texto divulgativo de esta índole.
A modo introductorio comentar que la Sierra del Cuera se encuentra en la zona oriental asturiana y separa el concejo litoral de Llanes, de los concejos de interior de Cabrales y Peñamellera Alta. La altitud máxima la constituye el pico Turbina con sus 1375 m.
La siguiente imagen la recupero de un artículo publicado en su día en el INM y que ya apareció por el foro. A la vista de la foto y del texto que a continuación pongo se entienden perfectamente las condiciones meteorológicas y climáticas que existen en la zona:
Realmente impresiona ver una sierra de esas dimensiones tan cerca del mar. Otro ejemplo similar, aunque de menor extension, lo tenemos con la Sierra del Sueve, algo más al oeste, con 1159 m de altura maxima, y aún más cerca de la costa.
El Cuera, señor de los tiempos La disposición geográfica de la costa oriental, con dos paredes montañosas a pie de mar, da lugar a climas dispares a escasos kilómetrosVista de la Sierra del Cuera, a la derecha, la costa cantábricaEl Cuera es el señor de los tiempos en el oriente asturiano. Entre Llanes y Cabrales la sierra se alza y gobierna nubes, lluvias y temperaturas. En la falda costera se hace notar la moderadora influencia oceánica con temperaturas medias anuales que rondan los 13 grados. Pero en la falda interior las cosas cambian: los días de verano son achicharrantes y las jornadas invernales exigen guantes y bufanda.
Un ejemplo: un día de verano con unos agradables 22 grados en Llanes puede ser un infierno de 32 grados en Cabrales. En invierno, por el contrario, en un domingo de 14 grados en Llanes el termómetro cae hasta los seis en Cabrales. Dos concejos limítrofes, dos climas y una sierra que es señora de las temperaturas.
Precipitaciones. Se ven influidas por la cercanía al mar de la sierra del Cuera y, en cierta medida, también por la proximidad de los Picos de Europa. La precipitación media anual en la franja costera supera los mil litros por metro cuadrado y crece a medida que se gana altitud.
Del otro lado está Cabrales, con una diversidad pluviométrica que es consecuencia de su variedad orográfica. En la comarca del Macizo Central de los Picos, en las estribaciones del Macizo Oriental o en las zonas afectadas por las peñas Maín y Portudera, la media de las precipitaciones anuales es superior a los 1.500 milímetros. En cambio, en áreas de relieve más moderado (como en las vertientes sureñas de la sierra) oscila entre los 1.200 y 1.500 milímetros. La zona baja de Cabrales no pasa de los 900 milímetros.
Temperaturas Llanes cuenta con un clima templado y las oscilaciones termométricas no superan habitualmente los diez grados. Nada que ver con la otra vertiente. El contraste en Cabrales es, además, grande. En los lugares de alta montaña las mínimas pueden bajar a los diez grados bajo cero. La parte baja del concejo está marcada por los valles de los ríos Casaño y Cares. Aquí, las mínimas se sitúan entre los tres y cuatro grados bajo cero en invierno.
El porqué. El clima de la marina oriental está determinado, según Fermín Rodríguez, geógrafo y director del Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial (Ce-Codet), por una singularidad que lo hace excepcional en Asturias: los grandes contrafuertes rocosos que, como murallas segmentadas, devuelven los frentes marinos templados y húmedos procedentes del Noroeste.
A diferencia del centro y del Occidente, en la marina oriental se levantan grandes sierras y macizos calizos: el Sueve y las sierras de Mofrechu, Ibéu y Cuera. El primero es un gran cono macizo y el resto son sierras longitudinales, levantadas a una decena de kilómetros del mar y a alturas que alcanzan los 1.500 metros. El más importante de todos estos segmentos serranos es la sierra del Cuera.
«Tenemos que imaginarla como una gran M», explica el director del Ce-Codet, «con su segunda cúspide ligeramente más elevada que la primera, y las dos separadas por una concavidad, una formación cárstica (formación provocada por la erosión del agua sobre roca caliza) en la que se asienta la llosa Viango».
«La primera pata de la M se apoyaría sobre una plataforma plana escalonada. Inmediatamente detrás de esta M tenemos otra gran mole caliza elevada, los Picos de Europa, que actúan como gran refrigerador y como una nueva barrera que captura las nubes y la humedad. Son estas condiciones orográficas particulares las que modifican el clima oceánico asturiano de la costa». Se crea así un clima local, el de la marina oriental, en el que los efectos barrera y ladera se alían para crear días de neblina, mares de nubes y orbayos frecuentes.
En una situación o tipo de tiempo inestable y con llegadas de frentes marítimos cargados de humedad -que por haber circulado sobre el océano Atlántico no son fríos-, las nubes atraviesan rápidamente la rasa, como si fuera un pequeño islote plano en medio del mar. A continuación la sierra plana y la zona de La Mañanga (pie de la sierra) son apenas velas colgadas de un palo mayor que recogen nubes ocasionales que por efecto barrera sufren un repentino parón al chocar contra el Cuera. Se acumulan entonces en ese pie de sierra y las sierras planas.
Superado el tapón nuboso (según la presión del frente), las nubes comienzan a desplazarse sobre la ladera de barlovento -la golpeada por el viento- en un vertiginoso ascenso que las lleva a enfriarse, condensándose. A veces el frente no logra superar el farallón y se estanca creando esa imagen «enfurruñada» del Cuera. Si superan la primera cúspide de la M descienden por la ladera de sotavento (la protegida del viento), se calientan y así, en ocasiones, la llosa Viango se despeja, mientras Llanes está cubierto.
Todo eso protege las tierras bajas de Cabrales, a sotavento de la influencia marina y en una profunda y estrecha arruga entre el Cuera y los Picos. En invierno la baja insolación favorece heladas y bajas temperaturas, mientras que en el verano, con el sol en el cénit, se concentra el calor y Cabrales hierve.
Fte: La Nueva España