En física cuántica las magnitudes fundamentales, es decir el tiempo de Planck, la longitud de Planck y la masa de Planck son función de “c”, además de las constantes universales de la gravedad, “G” y de Planck, “h”. Así el tiempo de Planck (el mínimo de los tiempos posibles) viene expresado por la ecuación TP=(h×G/ c5)1/2
En el inicio, las cuatro interacciones estaban unidas formando la “fuerza del todo” o la “Superfuerza”. Tras el Big Bang del cosmos, en el tiempo de Planck, cuyo valor es de 5,39 × 10-44 segundos, se independizó la fuerza de la gravedad. Posteriormente lo hizo la fuerza nuclear fuerte, a esto le siguió un período en el que el tamaño del cosmos tuvo un incremento exponencial conocido como “Periodo Inflacionario”.
Cuando se produjo el desacoplamiento de la fuerza de la gravedad, las tres restantes interacciones permanecieron integradas en la “gran fuerza unificada”. Posteriormente, al desacoplarse la fuerza nuclear fuerte, las otras dos interacciones continuaban agrupadas en la “fuerza electro-débil”
Esta cronología que nos proporcionan los físicos de partículas nos crea una gran paradoja conceptual. La luz y las demás radiaciones electromagnéticas solamente pudieron existir como tales a partir de los 10-12 segundos, cuando se desacopló la fuerza electromagnética, es decir del orden de 1032 veces el tiempo de Planck. Un lapso enorme utilizando esta unidad de tiempo. Unidad que regía los procesos en el mismo inicio del cosmos. Si expresamos el tiempo estimado de la duración del cosmos en segundos, unos 14 mil millones de años aproximadamente, el valor que lo representa es del orden de 5 × 1017 segundos. El tiempo de aparición de la luz con relación al tiempo de Planck es mil billones de veces (1015) mayor que el tiempo del cosmos expresado en segundos. En este tiempo inicial transcurrido, hasta el desacoplamiento de la fuerza electromagnética, no existía la Luz. Por consiguiente, en este periodo, no tiene sentido hablar de su velocidad, y en consecuencia tampoco lo tiene el considerar a ésta como constante universal. El Tiempo de Planck y las demás magnitudes fundamentales de la física cuántica carecerían también de sentido en este periodo inicial, al ser función de una constante inexistente.
Ya sé que es ir contra corriente y en contra de lo establecido, pero si no nos planteáramos las cosas todavía seguiríamos en las cuevas. Y aunque estemos equivocados… es por debatir algo…no? ¿Nadie se anima?