La población del águila imperial se recupera y alcanza las 187 parejas
A. ACOSTA
MADRID. Las medidas puestas en marcha para conservar la población del águila imperial ibérica siguen dando sus frutos. En la última reunión del grupo de trabajo dedicado al seguimiento de esta especie se pasó revista a su población, con resultados positivos. Según los últimos datos, durante este año se constató la existencia de 187 parejas de águila imperial, lo que supone un incremento en torno a un 8 por ciento en el último año. Esto demuestra que se mantiene la tendencia positiva de recuperación de la especie -endémica de nuestro país-, porque entre los años 2000 y 2002 su población aumentó en 43 parejas, un incremento de un 32 por ciento en sólo tres años que venía a mejorar una situación de partida bastante crítica.
Además, en la reunión del grupo de trabajo -del que forman parte técnicos del Ministerio de Medio Ambiente y de las Comunidades Autónomas de Andalucía, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid y Extremadura, y a la que también asistieron representantes de la Estación Biológica de Doñana y del Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza de Portugal, donde se ha verificado la nidificación exitosa de una pareja- se puso de manifiesto que por primera vez se ha rebasado la barrera de doscientos pollos de águila ya volando.
Por Comunidades Autónomas, en Castilla-La Mancha se han detectado este año 54 parejas y 69 pollos que vuelan; en Andalucía, 50 parejas y 49 pollos; en Extremadura, 37 y 29, respectivamente; en Madrid, 24 y 28, y en Castilla y León 21 parejas y 25 pollos.
Alarma en Marismas del Guadalquivir
Aparte de la Estrategia de conservación de la especie -aprobada en 2001- y de que existe una amplia red de especialistas y técnicos trabajando en el campo, las claves de esta constante recuperación en los últimos años habría que buscarlas en tres medidas concretas: los programas de alimentación suplementaria, la corrección de los tendidos eléctricos y la lucha contra los venenos. Asimismo, los especialistas consideran necesario que se sigan aplicando medidas como la conservación de áreas con conejo abundante y la implicación de propietarios y gestores de fincas en la conservación de la especie.
Pero no todo son buenas noticias, pues continúa la preocupante situación en la que se encuentra el águila imperial en las Marismas del Guadalquivir y su entorno, en donde sólo quedan ocho parejas. Y es que además de la escasez de su presa favorita (el conejo), de los venenos y de los tendidos eléctricos, la imperial se enfrenta a su propia dificultad para colonizar nuevos territorios, derivada de su propia estrategia reproductora. Es una especie que crece alrededor de la zona donde ya existe, como formando círculos concéntricos, de tal manera que si desaparece de una zona es muy difícil que vuleva a colonizarla sin ayuda.