Buenas noches
Cuando veo en la televisión anunciar una noticia de carácter científico me pongo a temblar. No sé cómo lo hacen, pero siempre encuentran la manera más sensacionalista y confusa de contar las cosas, además de soltar inexactitudes continuamente.
La cosa empeora, claro está, cuando vemos a la gente del corazón patear de forma infame el diccionario cada vez que abren la boca, además de chillar como cochinos en día de matanza. Además de ofender con su insultante ignorancia y lamentable uso del castellano, los/as lydias lozanos y marias patiños de nuestro medio televisivo tienen la desfachatez de repetirnos hasta la saciedad: "yo soy PROFESIONAL, soy una PERIODISTA...". Malos tiempos para el periodismo, con esta chusma empeñada en considerarse colega de los verdaderos profesionales de las noticias.
Tema aparte son los reporteros de los programas estilo "España Directo". Estos chicos sanotes y muchachas de buen ver parecen, al menos, bienintencionados, pero cada vez que ponen un pie en cualquier zona rural de España desencadenan conversaciones patéticas con el personal, descontextualizan, exageran, magnifican hechos que son poco menos que cotidianos en los pueblos pequeños...
Estos chavalotes y chavalitas de ciudad que salen con sus micrófonos cada tarde, me hacen pensar, con ironía, en el vuelco que ha dado el "paletismo". Mi reflexión es la siguiente: hace unas décadas, cuando España formaba parte del tercer mundo, las comunicaciones eran pésimas, de forma que un muchacho que había nacido y se había criado en un pequeño pueblo apartado, no solía tener conciencia del mundo exterior más que de lo oido por viajantes, feriantes, pastores trashumantes, etc. Por lo tanto, cuando a los 18 años le tocaba ir a la mili a otra provincia, estos humildes personajes eran el blanco de las bromas y continuas ironías por parte de los chicos de ciudad, pues a las grandes ciudades llegaban ecos de todo el planeta, y tenían mucho más mundo. Por eso, llamaban a los de pueblo "paletos", porque los pobrecitos eran nuevos para todo, cuando salían del campo. Ahora bien, empiezo a pensar que en el siglo XXI, en el que hay comunicaciones (algunas aún tercermundistas), internet, televisión, teléfonos, que llegan a casi todos los rincones de España por pequeños y apartados que estén, hay personas (por supuesto, sin generalizar) que se crían en gigantescos barrios de gigantescas ciudades, que desconocen casi absolutamente lo que es un pueblo pequeño y apartado, y la forma de vida de estos lugares.
Lo que quiero decir es que creo que, por regla general, un joven español de pueblo pequeño se sorprende menos ante una gran ciudad que un joven de gran ciudad ante un pueblo pequeño. Creo que esto es lo que les pasa a los reporteros de "España directo", y por eso se quedan boquiabiertos y creen haber encontrado noticias increíbles cuando asisten a escenas cotidianas en pueblecitos. En especial exageran con las nevadas y el frío, cada vez que hacen un reportaje en algún lugar nevado no se oyen más que sandeces.
Un saludo, y disculpadme por esta larga divagación.