Desde hace meses, el valle de Iguña en Cantabria, presenta una minúscula todavía población de rebecos (Rupicapra rupicapra), lo insólito e histórico del echo no es que la zona impida la adaptación de los rebecos sino que nunca jamás han estado allí, lo que propició que los primeros avistamientos y testimonios cayeran en saco roto. No se sabe la razón con certeza pero desde la Dirección General de Montes y Conservación de la Naturaleza de Cantabria, suponen que los rebecos han huido de las grandes nevadas que hubo en Peña Sagra el pasado invierno , una especie de " Fuga de Tempero".
Ahora sólo toca vigilarlos y protegerlos haber si se crea otra población allí con lo que ya serían cuatro las zonas de asentamiento cántabro, Picos de Europa, Peña Sagra, Collados del Asón y quien sabe si el valle de Iguña.