Una masa de aire que falta en ese interesantísimo listado es la masa de aire mediterráneo, tal vez por su siempre discutible existencia, ya que muchos climatólogos siempre han dicho que el Mediterráneo no es una región manantial de masas de aire, pero otros ilustres investigadores como C. Fabbris (Masse d'Aria nel Mediterraneo) o Jansá Guardiola (La masa de aire mediterránea) entre otros, siempre apoyaron la existencia de una masa de aire mediterránea específica.
El aire mediterráneo es principalmente de origen polar, adquiriendo las caracterísitcas especiales al asociarse a esta región. De igual modo, el aire tropical puede ocupar temporalmente la cuenca del Mediterráneo; en ambos casos, la masa de aire estancada adquiere unas características propias que lo individualizan; el Mediterráneo modifica estas masas de aire alógenas, humedeciéndolas, y acentuando por consiguiente su inestabilidad. Según Jansá Guardiola, la hipotética masa de aire mediterráneo sólo tiene un espesor de 2.000 m en su lugar de origen, y se distingue de la masa atlántica subtropical por el sentido de la curva homóloga de Shinze, que en el Atlántico es positiva y en el Mediterráneo negativa; en altura, a partir de los 2.000 m, el aire mediterráneo no se diferencia del aire atlántico subtropical en su origen.
De todos modos, una vez fuera del confinamiento a que la topografía especial de la cubeta mediterránea tiene sometida a la masa de aire mediterránea, y considerando que su volumen efectivo, en comparación con las grandes masas que juegan en la dinámica atmosférica, es muy pequeña, el aire mediterráneo puede ser absorbido rápidamente por cualquier otra masa troposférica con la que vaya a mezclarse, por lo que fuera del Mediterráneo tiene una importancia mínima.