Características.
Para la observación diurna (deportes, espectáculos, naturaleza) pueden servirnos cualquier prismático que tengamos por casa, pero para la observación nocturna es preferible (no imprescindible) poseer unos prismáticos 7x50 o unos 10x50. Bueno, si ya tienes uno no hace falta que te compres uno de los que recomiendo pero, si puedes, vale la pena. Y ¿qué es eso de 7 ó 10x50?. El primer número se refiere a los aumentos de los prismáticos, en este caso 7 o 10 ( los aumentos se representan con la X), y 50 se refiere al diámetro de los objetivos en milímetros, en este caso 50mm.
El neófito tiene la idea de que, cuanto más aumentos, mejor verá los objetos, pero pronto descubre que no siempre es así. La ventaja de los prismáticos es que nos ofrecen una ampliación de aquello que vemos en el cielo, pero si utilizamos muchos aumentos no sabremos reconocer en el cielo lo que estamos viendo a través de ellos. 7 ó 10 aumentos ofrecen la ventaja de contemplar una gran zona reconocible del cielo con los aumentos suficientes para descubrir objetos que a primera vista no podemos percibir, es decir, tienen un gran campo de visión. Cuantos más aumentos, menor es el campo de visión y nos costará mucho más poder encontrar objetos en el cielo. Mira la tabla que encontrarás más abajo para comprobar cómo varía el campo de visión al variar los aumentos. Fíjate que, por ejemplo, el campo de visión de unos prismáticos de 10x (10 aumentos) es de unos 7º: si tenemos en cuenta que el diámetro de la Luna es de unos 0.5º, el campo de visión sería el equivalente al diámetro de 14 lunas alineadas. Unos prismáticos de 15x ofrecen un campo de visión de unos 5º, es decir, unas 10 "lunas". Unos de 20 sólo ofrecen un campo de unos 3º (unas 6 lunas), demasiado pequeño para poder orientarnos con facilidad a través del firmamento. En la observación diurna el problema es menor porque podemos percibir muchos más puntos de referencia y difícilmente podremos desorientarnos, pero en el cielo sólo vemos puntos brillantes.
El campo de visión suele aparecer en los prismáticos.
1. En grados ( º).
2. En la extensión de la imagen que vemos a través de ellos para una distancia determinada.
P.ej:"91m at 1000m", es decir a una distancia de 1000m la extensión de la imagen es de 91m, lo que es equivalente a un campo de visión de unos 5.2º (por trigonometría; cotg(a)=91/1000=5.2º).
Más aumentos también implican mucho mayor peso. Quizás con los años, cuando el reconocimiento del firmamento no te suponga un reto, sí que podrías plantearte la posibilidad de comprarte unos prismáticos con más aumentos y un trípode para sujetarlos. Piensa que los aumentos ofrecen más detalles, con lo que ello conlleva: permite ver más grandes los objetos celestes pero también PERMITE APRECIAR MEJOR NUESTROS PROPIOS LATIDOS Y MOVIMIENTOS, haciendo que la imagen se mueva permanentemente, llegando incluso a marearnos.
Como regla general, aquellos prismáticos de más de 10 aumentos (10x) necesitan ser acoplados a un trípode debido a su peso.
Respecto a la abertura, cuanto más grande sea el diámetro de los prismáticos, más luz entrará y más objetos débiles podremos ver. También permite observar mejor los detalles en las imágenes que percibimos, la resolución es mejor cuanto más grande sea el objetivo y su calidad, pero nos encontramos con dos grandes problemas: cuanto más grande es la abertura más peso tienen las ópticas, llegando a un punto en el que sea imposible el estudio del cielo manteniendo los prismáticos únicamente con las manos (necesitaremos un trípode para mantenerlo quieto) y otro de los principales problemas es que el precio se eleva astronómicamente (nunca mejor dicho). Los 50mm del objetivo compensa la necesidad de tener una abertura útil con un precio no demasiado elevado.
la pupila se agranda en condiciones de poca luz, llegando a alcanzar los 7mm de diámetro. Lo ideal es que el diámetro del cono de luz que salga de los prismáticos, conocido como pupila de salida, tenga un valor parecido al que tienen nuestras pupilas en esas condiciones: si es mayor, parte de la luz se desaprovecha iluminándonos parte del iris, si es menor sólo podremos ver a través de ellos un pequeño círculo en el que no podremos contemplar toda la imagen que nos ofrece los prismáticos. Para conocer el valor de la pupila de salida en milímetros sólo hemos de dividir el diámetro de los objetivos (también en mm) entre el valor de los aumentos. Por ejemplo: en el caso de unos 7x50 dividimos 50/7= 7,14mm que es prácticamente el diámetro de nuestras pupilas en las condiciones en las que utilizaremos los prismáticos. Hemos de tener en cuenta que con la edad el diámetro del iris de nuestros ojos va disminuyendo hasta unos 5mm, que es la pupila de salida que obtendríamos con unos prismáticos 10x50 (50/10=5mm). Bueno, es recomendable que la pupila de salida de los prismáticos sea parecido al tamaño de nuestra pupila, pero no es una obligación . Por ejemplo, quizás para la observación astronómica desde una ciudad afectada por la contaminación lumínica (es decir, casi todas) sea preferible poseer unos prismáticos de 10x50 que unos de 7x50 por varias razones: en presencia de luz nuestras pupilas no se dilatan tanto y además esos aumentos de más hacen que la imagen que percibamos sea algo más oscura y aumente algo más el contraste.
Una forma rápida de saber si nuestros prismáticos son muy luminosos, o no, es elevar al cuadrado el valor de la pupila de salida, es decir, multiplicar ese valor por sí mismo. Por ejemplo, la pupila de salida de unos 10x50 es de 5mm, por lo tanto su luminosidad será 5x5=25. Unos 7x50 presentará una luminosidad de 51, serán más del doble de luminosos, con las ventajas e inconvenientes que supone. Unos 20x60 tienen una luminosidad de 9 y el cielo a través de ellos es muy oscuro, pero el contraste con las estrellas es mayor que con los 10x50.
Para los que llevamos gafas tenemos que tener en cuenta que la imagen se forme a cierta distancia de los oculares, porque si no tendremos que estrujar los ojos contra los cristales para poder ver algo, con la incomodidad que conlleva (jajaja). Tendrás que comprar aquéllos que te sean más útiles con las gafas puestas. Piensa que eso de mirar al cielo con las gafas puestas, quitárselas para intentarlo ver con los prismáticos y perderse constantemente es una locura.