El 1030 que hay ahora en Canadá resbalará hacia la zona de Nueva York, siguiendo esa curvatura casi obligada para evitar el pasillo del Labrador, y se establecerá al este de Terranova, en una latitud muy norte. Atraerá al azoreño, que comenzaba a alargarse hacia el Cantábrico dándonos una tregua, pero no será así, ya que al fundirse todo con el groenlandés, quedará un gran hueco en el Atlántico europeo para que se enrosque una borrasca que vendrá a establecer su centro sobre el Cantábrico. Como bien decías: lluvias, viento, mar de fondo, etc.
El jueves rozará el norte una vaguada no demasiado fría por el efecto de la llegada pasajera del azoreño, y el sábado se adentrará una vaguada más fría procedente del noroeste y venida de los ataques invernales que aún visitarán la zona este americana.