Después de la dorsal que nos está garantizando este tiempo primaveral y que se está yendo hacia Europa vienen, como suele ser lo normal, las altas presiones oestes. En este caso el terranovense se une con el embrión del nuevo azoreño (este de las Bermudas). Este alargamiento genera una buena vaguada norte en el Atlántico. Esta vaguada a nosotros nos coge muy al oeste con lo que no nos afectará pero sí a Canarias en donde llegará bastante desgastada. Hay que tener en cuenta que el bloque canadiense helado, como es lo normal, se desplaza hacia el este en latitudes altas, con lo que en las nuestras nos llega mucho menos frío, a lo que se suma que al llegar las masas frías a aguas atlánticas van perdiendo ese frío. Sin embargo esta vaguada atlántica si influirá en que el ambiente primaveral irá cediendo.
Más adelante, con el azoreño más cerca, pero algo bajo de latitud, ayudado por otro terranovense, la siguiente vaguada sí podría entrar por el noroeste con sus brazos húmedos atlánticos. El domingo entraría un frente atlántico con su consiguiente entrada fría, menos húmeda, pero con bajada de nuevo de cotas de nieve.
A partir de entonces no queda aún claro nada, podríamos quedar en zona de vaguada estática o en zona de llegada de oestes, pero al menos no se ve la presencia del azoreño. Esperemos que una vez alejada la dorsal actual, febrero comience, como es lo suyo, a dinamizarse ya que el frío norte va perdiendo fuerza y el sol comienza a calentar más la tierra y los océanos.
Por otro lado el frío polar no está apenas bipolarizado con lo que será difícil, por el momento, que se generen dorsales en latitudes altas, o retrogradaciones de frío, sino que más bien los oestes, en general, van barriendo las diferentes masas atmosféricas hacia el este.
A nivel estratosférico en unos días va a haber un calentamiento siberiano, no súbito, desplazando la masa fría algo más hacia Groenlandia. Esto podría hacer que haya una bipolarización hacia Groenlandia, no demasiado acusada, que podría dinamizar más el Atlántico.
Hablando sobre este polémico tema del calentamiento a grandes alturas este invierno ha quedado claro que sabemos muy poco sobre su influencia en nuestra troposfera. Sabemos que hay un desplazamiento del núcleo frío hacia el lado opuesto del calentamiento, pero no sabemos bien por dónde las dorsales frías canalizarán el flujo polar. Este invierno se ha derramado con contundencia sobre Norteamérica, como era previsible, pero también ha tenido amplias consecuencias en Europa. Los mapas que representan las posibilidades de frío en vertical son, como los de superficie, representativos, pero también van cambiando día a día, con lo cual, a medio y a largo plazo tampoco son fiables como así ha sido mostrado. Pero esto no quita de que los sucesos (previsibles) en altura sigan siendo muy interesantes y esenciales a la hora de seguir investigando.
Con respecto al MJO yo no creo que afecte tanto a latitudes como las nuestras dado que ni siquiera se sabe si ayudó a intensificarse a ciertos huracanes en latitudes más bajas, más cercanas a las ondas MJO. Sabemos que todo afecta a todo, pero también es verdad que el mismo MJO no se puede tratar unicamente como fuente de sucesos futuros, sino también como consecuencia de sucesos anteriores. Es decir, MJO, el Niño, el calentamiento súbito o CSE, etc, son a la vez impulsores y a la vez receptores, y, como receptores, su capacidad impulsiva queda muy afectada por el mecanismo global. Por eso mismo las salidas de los mapas o gráficos de este tipo de fenómenos también van cambiando como van cambiando los demás modelos, con lo cual los medios y largos plazos siguen estando dentro de la incertidumbre. En otros foros de otros países también se preguntan porqué no ha sido como lo esperado cuando en realidad nos deberíamos de preguntar porqué esperamos lo que esperamos. En definitiva, y esto es lo más interesante de cualquier mecanismo vivo, nuestras interpretaciones de los mapas siguen siendo interpretaciones, más amplias, pero igualmente interpretaciones, y, en este caso, la meteo nos lo demuestra día a día. Esto no quita de que a corto plazo hemos avanzado mucho.