Bueno, este artículo se refiere al Everest, convertido por las expediciones comerciales en un verdadero circo en el que se compran los sherpas por medias docenas, la cantidad de botellas de oxígeno se estipula por contrato antes de salir de casa y muchos de los que van no tienen ni siquiera experiencia en grandes montañas.
Y, Vigorro, si se puede siempre se ayuda. No dudes que cualquier montañero hará todo lo que esté en su mano por ayudar a un compañero en apuros. Pero comprende que allá arriba todo es muy, muy duro, y cualquier alegría se paga con la vida. Y llega un momento en que hay que decir "basta, ya no se pude hacer más sin poner en gravísimo riesgo otras vidas", cuando quizás ni siquiera se haya podido hacer nada antes de tomar esta dura decisión.
Esto visto desde nuestro sofá puede resultar difícil de comprender y darnos la sensación de que cada uno va a su bola y sálvese quien pueda.