Desde luego, esta vez, debería haberse quedado calladito.....
Al igual que otros, me he quedado de piedra al leer esto:
El huracán «Hortensia» dejó seis muertos y daños multimillonariosFueron una constante en las costas gallegas. En 1965, el mar llegó a inundar parte de la ciudad de A Coruña, y el huracán, sin nombre, del 78 causó dos muertos y se llevó por delante la escollera de Santa Cristina, en Oleiros, y los vecinos de la zona huyeron de sus casas ante la furia del mar alentada por vientos de 160 kilómetros por hora.
Pero estos antecedentes no habían previsto lo que ocurrió en la primera semana de octubre de 1984. Se advirtió a la población que la eufemísticamente llamada cola del huracán Hortensia, llegaría hasta las costas gallegas.
La noche del jueves 4 de octubre, tan sólo las redacciones nocturnas de los periódicos pensaban en el Hortensia . Pero nada pasó hasta la madrugada, en la que el aire de improviso se espesó y silenció y después se desató la furia con vientos de casi 200 kilómetros por hora y lluvias torrenciales. Hubo seis muertos y cincuenta heridos.
En pocas horas los destrozos alcanzaron cifras millonarias: bosques destrozados, barcos hundidos, al igual que techos; viviendas en ruinas, inundaciones y cortes de carreteras por las aguas o por la caída de árboles; y destrucción de parte de la infraestructura eléctrica. Algunas zonas tuvieron que ser declaradas catastróficas ante las pérdidas causadas.
Somos tipos bien modernos. En los 25 años que han transcurrido desde el huracán Hortensia nos hemos convertido
en una sociedad cultivada y científica. Hasta este último sábado, el huracán de 1984 era el episodio meteorológico más exótico que se había cernido sobre el país. Le pusieron el nombre de tieta que borda las magdalenas, pero hasta el Hortensia en Galicia el viento era solo viento, una circunstancia tan vulgar y convencional que no merecía demasiados comentarios. Pero aquel año de 1984 descubrimos el huracán a la gallega, un fenómeno que nos aproximó a otras latitudes, aunque finalmente resultara bastante frustrante. Porque el Hortensia , reconozcámoslo, no estuvo a la altura de esa atracción ancestral que ejerce la naturaleza cuando se desboca. Ahora sabemos que el huracán a la gallega azota árboles y ventila uralitas, pero nuestro gen del riesgo esperaba vacas volando y edificios en posición de despegue. Es una cuestión de expectativas. Si sueltas la palabra huracán es lógico que la mente se agite y rescate del disco duro todas esas imágenes construidas a base de celuloide y papel prensa. En realidad, aquel viento de hace ya tantos años que mereció un nombre propio era un viejo conocido y por eso aquí vivimos debajo de robustas construcciones de piedra y no bajo techumbres de volátil madera que al primer soplido salen disparadas hacia la troposfera.
El Hortensia le dio un significado nuevo a la palabra huracán , de la que ahora esperamos mucho menos. Porque el lenguaje es importante. Una sociedad también se define a través de las palabras que utiliza. Y ahora somos la pera. Cultivados y científicos. El huracán del viernes ya no lleva un nombre tan prosaico como Hortensia . Qué va. Le llamamos ¡ciclogénesis explosiva! Ya me veo en veinte años: Oye, ¿y a ti dónde te pilló la ciclogénesis explosiva del 2009? ¿Este es un trabajador cualificado en un periódico de tirada? cielo santo me quedo perplejo al ver como un periolisto aplica su ser mas exponencial, no practicar la comunicación, ¿que hay de malo en aplicar una definición de lo que es? ¿que pasa ya te has acomodado en tu despacho y pasas de informar?
Por supuesto ahora no se si lo han despedido pero el artículo esta corregido
:
Durante el siglo XX los temporales fueron una constante en las costas gallegas. En 1965, el mar llegó a inundar parte de la ciudad de A Coruña, y el huracán, sin nombre, del 78 causó dos muertos y se llevó por delante la escollera de Santa Cristina, en Oleiros, y los vecinos de la zona huyeron de sus casas ante la furia del mar alentada por vientos de 160 kilómetros por hora.
Pero estos antecedentes no habían previsto lo que ocurrió en la primera semana de octubre de 1984. Se advirtió a la población que la eufemísticamente llamada cola del huracán Hortensia, llegaría hasta las costas gallegas.
La noche del jueves 4 de octubre, tan sólo las redacciones nocturnas de los periódicos pensaban en el Hortensia . Pero nada pasó hasta la madrugada, en la que el aire de improviso se espesó y silenció y después se desató la furia con vientos de casi 200 kilómetros por hora y lluvias torrenciales. Hubo seis muertos y cincuenta heridos.
En pocas horas los destrozos alcanzaron cifras millonarias: bosques destrozados, barcos hundidos, al igual que techos; viviendas en ruinas, inundaciones y cortes de carreteras por las aguas o por la caída de árboles; y destrucción de parte de la infraestructura eléctrica. Algunas zonas tuvieron que ser declaradas catastróficas ante las pérdidas causadas.
Fuente.y ahora que me doy cuenta tirando de hemeroteca......sin palabras