Luego he vuelto con las orejas gachas a 65 km/h, con el coche perfectamente camuflado, pues lo he puesto de polvo hasta que ha cambiado de color
, quizás me han vuelto a ver, y me han visto chico bueno, total, siempre cumpliendo, y cuando uno está poseído por la adrenalina ¡kazada!. Si dividimos el importe entre el nº de kazas igual no es tan elevado
. Prefiero los caminos...
Por el Alto Ebro, todo lleno de ccumulus congestus, con algún cb calcus, hacia el E, efectivamente detrás de mi pueblo.