Extremo Norte El mes de febrero llegó con una siberiana bajo el brazo. Después de un inicio de año un tanto anómalo, con temperaturas por encima de lo normal, los modelos meteorológicos de repente planteaban un escenario nuevo, de efeméride. Los centros de presión por fin encajaban y prometían novedades. Mal augurio. Algunos escenarios enmudecieron a aficionados y profesionales ávidos de movimiento en la troposfera. La situación era calcada a la que produjo la gran ola de frío de 1956, uno de los episodios más extremos del siglo XX. “El año que el frío mató a los olivos” según los vecinos de la comarca catalana del Ampurdán. La entrada gélida que dejó la temperatura mínima más baja jamás registrada en España: -32ºC en el lago Estany-Gento, pirineo de Lérida. El equipo de Meteovisión no podía perder la oportunidad de divulgar e informar sobre un evento de tal magnitud y pronto surgió un destino excelso y gélido a la par. La comarca de Els Ports. Una de las zonas más frías de la Comunidad Valenciana. Pensado y hecho. Cámaras, baterías, depósito lleno y cadenas en el maletero. La experiencia extrema, de una u otra forma, estaba asegurada. Por suerte, la situación acabó perdiendo fuelle y el mercurio bajó, pero no tanto como se esperaba. Menos mal. Experimentar una sensación térmica de -30ºC, sufrir rachas de viento superiores a los 100km/h e involucrarse en una corta pero intensa nevada deja hastiado al más goloso aventurero.
Enlace al reportaje.