Una buena noticia que deriva de otra mala, la osezna que quedó huérfana en el Pirineo ha sobrevivido al invierno, aquí la noticia recogida del diario El MUndo...
TENÍA UN 50% DE POSIBILIDADES
La cría de la osa abatida a tiros en el Pirineo sobrevive sola al invierno
EFE | ELMUNDO.ES
Imagen de 'Canela' poco antes de morir.
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MADRID.- El osezno de 'Canela', la última osa autóctona de los Pirineos que el pasado mes de noviembre fue abatida a tiros por un cazador francés, ha logrado sobrevivir al crudo invierno sin su madre, según ha podido confirmar el equipo de biólogos franceses que coordina el programa de reintroducción de plantígrados.
Los biólogos franceses temían que el osezno muriera ya que cuando perdió a su progenitora tenía muy pocos meses de edad, pero el pasado 14 de mayo se encontraron pisadas del cachorro en el Valle de Ossau, "lo que prueba que el pequeño osito vive", según las mismas fuentes.
Los rastros del osezno fueron localizados a una altitud de 1.500 metros en un terreno sobre barro y tierra húmeda en el Valle de Ossau.
El lugar del hallazgo es el mismo en el que habitualmente se movía 'Canela', un entorno en el que abundan las hayas, árboles cuyos frutos servían de alimento habitual a la osa desaparecida.
El osezno de 'Canela' tiene ahora 16 meses y campa tranquilamente por las montañas pirenaicas, dijeron los biólogos franceses, que mostraron su satisfacción por que el animal haya logrado sobrevivir solo dado que su progenitora falleció a las puertas del invierno, un momento clave en el que por su corta edad era importante que estuviera acompañado de cara a encontrar buenos escondites para pasar el crudo invierno.
El pasado 1 de noviembre, un grupo de cazadores de jabalíes mató a la madre del osezno, de 15 años de edad. 'Canela' era la última hembra fértil de esta especie, en peligro de extinción, que vive en el Pirineo, a caballo entre España y Francia.
En el mes de noviembre, unos guardias forestales del Parque nacional de los Pirineos encontraron, muy cerca de donde su madre fue abatida a tiros, huellas del osezno. Sin embargo, los técnicos aseguraron que la cría sólo tenía un 50% de posibilidades de sobrevivir al duro invierno sin su madre.