de lamadrid
desolado. Terreno quemado en el municipio onubense de Berrocal el pasado julio.
sevilla. Después del incendio declarado el 27 de julio en Minas de Riotinto, que afectó a más de 30.000 hectáreas y segó la vida de un matrimonio, los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente anunciaron que la recuperación de la zona empezaría el 19 de agosto con medidas de emergencia dirigidas a evitar los efectos de las primeras lluvias: la erosión del terreno y la acumulación de las toneladas de cenizas en los cauces.
Dos meses después, las precipitaciones han llegado con fuerza y, ante la falta de medidas, han "devastado" la zona, según la plataforma Fuego Nunca Más. Su portavoz en Huelva, Juan Romero, sostuvo ayer que los vecinos se sienten "engañados y sin esperanza" ante la insuficiente actuación de la Junta.
Romero explicó a esta redacción que la Administración ha concentrado los trabajos, como la colocación de albarradas –cercas de troncos–, en las fincas públicas de La Pata del Caballo, en Huelva, y el Pinar de las Catorce, en Sevilla, "olvidando el resto del área arrasada".
Mientras, con la lluvia, la ribera del Gallego se ha desbordado, sobrepasando el puente y provocando dos socavones en la carretera que comunica El Madroño y Berrocal. El pantano de Jarrama y los de estos dos municipios se tiñeron de negro al recibir toneladas de cenizas, al igual que el río Tinto, que presenta sus márgenes de color negro, según describió Romero.
El también portavoz de Ecologistas en Acción en Huelva alertó de que los trabajos de emergencia previstos ya no son necesarios porque los montes quemados han recuperado el color de la piedra de pizarra, de ahí que instase a la Junta a emplear los fondos en la repoblación de la zona y en conceder una prima anual de mantenimiento a los vecinos para la recuperación de la actividad en las localidades afectadas.
La consejera de Medio Ambiente de la Junta, Fuensanta Coves, aseguró el pasado 17 de agosto a los alcaldes de los trece municipios de Huelva y Sevilla afectados por la catástrofe que en dos días se pondrían en marcha los trabajos de emergencia en la zona, empezando por la regeneración de las infraestructuras hidráulicas, la tala y el tratamiento de la madera, así como la restauración de caminos y cortafuegos. El siguiente paso sería, según la consejera, la reforestación.
Con los 38 millones de euros anunciados, la Consejería pretendía, además, hacer un diagnóstico del suelo, retirar la madera quemada y realizar tareas de recuperación en terrenos públicos y privados.
Fuentes del departamento de Coves aseguraron ayer a esta redacción que la Junta ya ha firmado acuerdos con más de cien propietarios de fincas privadas incendiadas para desarrollar obras de restauración, si bien no concretaron en cuántas hectáreas se ha empezado ya a intervenir.
Tras el incendio, el Partido Popular subrayó el peligro que representaban las muchas toneladas de cenizas esparcidas por las más de 30.000 hectáreas afectadas por el fuego y reclamó al Gobierno andaluz la retirada de las mismas. Entonces, la Consejería minimizó las consecuencias de la extensión de los restos del incendio y la posible contaminación de ríos y pantanos.
El Gobierno andaluz activó un fondo de emergencia, con 700.000 euros, para cubrir los daños en viviendas, enseres y mobiliario provocados por el mayor incendio forestal registrado en Andalucía en la historia. Tanto la plataforma vecinal como los partidos de la oposición reclaman más ayudas de la Administración.