Después de muuucho tiempo sin subir ningún reportaje voy a retomar la costumbre ahora que vuelvo a tener cosas para compartir
En concreto con una serie de reportajes sobre Extremadura, en donde hemos pasado 9 días a principios de mes, visitando a la familia, dándonos buenas caminatas todos los días y disfrutando de los manjares de la tierra
Estas vacaciones tenía, si cabe, aun más ganas de ir que otros años, y es que estaba deseando ver como estaba el campo después de los últimos meses tan lluviosos que se habían dado. El resultado no podía haber sido más satisfactorio...
Una auténtica maravilla para todos los que disfrutamos de la naturaleza. Si todas las primaveras Extremadura merece la pena, este año aun más e incluso ahora está el campo mejor que cuando fuimos nosotros hace ya dos semanas.
En cuanto al tema del reportaje, he querido empezar la serie centrándome en los grandes embalses del Guadiana y su entorno, todos en la zona de la Siberia Extremeña. En concreto hemos podido ver el de García de Sola, La Serena, Zújar y Orellana (al de Cijara no pudimos acercarnos en esta ocasión). Ni que decir tiene que su estado es espléndido, impresiona ver tanta agua dulce por todas partes
A parte de la de los numerosos arroyos que seguían bajando con aguas cristalinas y las charcas naturales que plagan el paisaje...
Si no recuerdo mal, estos cinco embalses que he nombrado representan el 12% de todo el agua dulce almacenada en España.
El día que llegamos hicimos lo que ya empieza a ser una costumbre, unos kilómetros antes de llegar dejar la Nacional 430 y coger la antigua carretera a Herrera del Duque y Peloche. Por esta carretera se tarda un poco más, ya que es estrecha y con muchas curvas, pero te permite adentrarte en el embalse de García de Sola o Puertopeña, como se conoce popularmente. Un entorno maravilloso, prácticamente sin alterar, en el que el bosque mediterráneo es el rey. Además, al existir la otra carretera, por esta más vieja ya prácticamente no pasa nadie. Muy recomendable ir parando con el coche en todos los sitios donde se pueda y salir a "explorar", a disfrutar del silencio y de los aromas del campo, con toda la intensidad que tienen ahora.
De ese primer día son estas fotos:
Y estas del día de la vuelta, con las jaras empezando a florecer y con unas viejas casas abandonadas en un lugar privilegiado: