La puta plaga de todos los años. Odio el verano.

Desconectado Jose Quinto

  • El verano muere siempre ahogado.
  • Supercélula
  • ******
  • 8721
  • Sexo: Masculino
  • Ese pequeño y palido punto azul.
La puta plaga de todos los años. Odio el verano.
« en: Lunes 23 Junio 2003 07:48:04 am »
Los incendios forestales arrasan cada año cien millones de árboles en España

Los equipos de extinción intentan sofocar un espectacular incendio declarado en estos últimos días en Murcia.EFE
 
ABC

De no ser porque algunas zonas se queman varias veces, los incendios acabarían con toda la superficie forestal de nuestro país en poco más de cien años

MADRID. Las altas temperaturas continúan y con ellas se acrecienta el riesgo de incendios forestales. Una situación que se repite año tras año, aunque con matices dependiendo de cómo haya transcurrido el año climatológicamente hablando. Este año nos encontramos ante un verano de alto riesgo, pues el invierno ha sido muy lluvioso y ello ha incrementado las acumulaciones de materia vegetal que, con los intensos calores del verano, pueden propagar fácilmente los incendios. El balance por ahora es positivo en el sentido de que ha descendido un 77 por ciento la superficie forestal quemada con respecto al mismo periodo del año anterior, situándonos por encima de las 11.000 hectáreas. Pero más allá de los números, lo cierto es que los incendios forestales acarrean importantes pérdidas económicas y una impresionante degradación del medio natural.

Y es que el fuego es un visitante habitual de nuestros bosques, pero ha pasado de ser un factor ecológico a elemento clave de la degradación ambiental debido a su aumento en las últimas décadas. Así, en los últimos cuarenta años han ardido en España más de seis millones de hectáreas de superficie forestal, lo que representa una cuarta parte de la masa forestal total de nuestro país. Unas cifras que se traducen que cada año el fuego provoca la pérdida de casi el 1 por ciento de la superficie forestal, lo que significa que se queman cerca de 100 millones de árboles. Unos números que, de no ser porque algunas zonas se incendian varias veces, acabarían con toda la superficie forestal de nuestro país en poco más de cien años.

A pesar de que lógicamente las condiciones climáticas son un factor importante y por tanto España parte con desventaja en este aspecto -un problema que no tienen los países del centro y norte de Europa-, lo cierto es que el 95 por ciento de los incendios tienen su origen en una imprudencia humana, según señalan los expertos. Además, insisten en que la propia presión de la actividad humana ha provocado que la intensidad y frecuencia de los fuegos sean muy superiores a las que los bosques pueden soportar, de tal manera que afirman que la velocidad de destrucción de éstos es 600.000 veces superior a lo que es su capacidad de crecimiento natural.

El análisis estadístico de las dos últimas décadas demuestra que tan sólo el 5 por ciento de los fuegos se debe a causas naturales o fortuitas (como los rayos); el 15 por ciento se produce por negligencias; el 35 por ciento son intencionados y el 45 por ciento se debe a causas desconocidas, pero que siguen teniendo como origen al ser humano. También revela que las regiones más castigadas en los últimos 40 años han sido Galicia, Castilla y León, Cataluña y Levante. El hecho de que Galicia -la región con clima menos mediterráneo- sea la que más incendios registra refrenda la idea de la influencia humana y, a la vez, desmitifica la idea que se tiene de que las tierras húmedas corren menos peligro de ser arrasadas por las llamas.

Vegetación adaptada

No obstante, son los factores naturales, como la sequía, la velocidad del viento o la topografía de los lugares los que contribuyen a la propagación del fuego y determinan sus devastadores efectos. A pesar de que gran parte de nuestra vegetación está adaptada a la acción del fuego, con estrategias rebrotadoras o de germinación tras el incendio, el daño que hacemos a nuestro entorno no deja de ser preocupante.

A pesar de que España es el país europeo con mayor dotación económica y de personal en la lucha contra incendios forestales, lo que está claro es que la naturaleza es más fuerte que cualquier medio humano. Por tanto, es necesaria una mayor concienciación de la población para evitar que nuestros bosques, que encierran la mayor biodiversidad de toda Europa, mueran bajo el crepitar de las llamas.


Pues eso que mientras no nos concienciemos todos del problema no tiene solución, y además habría que endurecer mucho las penas. Un inciendio es una auntentica desgracia, para mi es gravisimo como un acto terrista medioambiental y un autentico asesinato.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.