La Junta de Castilla y León difunde folletos informativosConfirman 4 casos de turalemia por el contacto con los topillosLa Delegación Territorial de la Junta en Palencia confirmó ayer que los cuatro casos de turalemia detectados hasta el momento en la provincia se dieron en personas que desarrollan su actividad en el medio agrario o que pertenecen al ámbito rural.
Agencias
La Junta viene realizando desde finales de junio una investigación epidemiológica, aún en marcha, relacionada con una serie de casos compatibles por su sintomatología clínica con la tularemia y se investiga la situación clínica de 11 personas, habiéndose confirmado cuatro casos positivos de tularemia, de los que sólo uno necesitó ingreso hospitalario y el resto evoluciona favorablemente.
Se pretende detectar, desde el punto de vista de la sanidad animal, la posible condición, por parte de roedores campestres, de transmisores o portadores de patologías a los humanos compatibles con la tularemia. La enfermedad evoluciona históricamente en la región en brotes, tal y como se demuestra el ocurrido en 1997, con más 500 casos o el más reciente, en 2004, con trece casos.
Los datos referidos a 2007 indican la confirmación de once casos de tularemia en Castilla y León, repartidos entre cinco en Palencia –los cuatro actuales más otro anteriormente registrado en la provincia– dos en Valladolid y cuatro en Zamora. En este sentido se difundieron más de 160.000 folletos informativos con consejos y recomendaciones para evitar la tularemia, información que también está disponible en el portal sanitario de la Junta, en
www.sanidad.jcyl.es.
En la página web se ofrecen consejos a adoptar en relación con los animales potencialmente transmisores de la enfermedad como son liebres, conejos silvestres, ratas, ratones de campo y otros roedores. Al respecto se recomienda evitar el contacto con animales muertos o enfermos y el consumo de aguas no controladas sanitariamente; utilizar ropas protectoras y productos repelentes, para evitar picaduras de insectos o garrapatas; utilizar guantes y mascarillas cuando se manipulen; no permitir que los niños toquen las piezas de caza; y que la carne de los animales silvestres se consuma perfectamente cocinada.