A las güenas.
Pues muy majo el topic, sí señor. Y todos lleváis razón en las respuestas que habéis expuesto. A ver si puedo ayudar con alguna cosilla más (que de algo tiene que servir el curso de micrometeo que nos dio un figura en Cuenca cuando hice el curso de parapente, y haber leído algún libro de meteorología aplicada a la "aviación ligera": ultraligeros, ala delta y parapente).
Hay dos factores básicos que influyen a la hora de que se produzcan desarrollos nubosos:
1.- Inestabilidad apropiada de las capas de aire que tenemos encima.
2.- Contrastes en el suelo que favorezcan zonas de calentamiento junto con zonas donde ese calentamiento es más lento.
Es evidente que una capa de aire cálido y húmedo abajo y otra de aire más frío y seco en altura es el desencadenante ideal de nubes de desarrollo. Dependiendo de las características de estas capas podemos tener desde un bonito cielo de cola de frente con inofensivos cúmulos mediocris hasta inmensos desarrollos en forma de Cb´s. Este es el origen ideal.
Sin embargo, los contrastes térmicos que se producen al nivel del suelo en terrenos montañosos favorecen enormemente este proceso. Recordar -pongo por ejemplo los Pirineos- que en terreno escarpado coexisten muy fácilmente zonas densamente arboladas (más "frescas" y por tanto más "reacias" a generar térmicas) junto a zonas de lagos (también más frescas y con más inercia térmica) junto a resaltes rocosos que son verdaderos focos donde se generan auténticas bombas térmicas. Si a esto le unimos el efecto de "valla" que hacen las montañas, nos encontramos con que en un sotavento protegido, con la adecuada insolación e inestabilidad del aire se pueden generar las térmicas más bestias que podamos imaginar (la térmica es la corriente inicial que provoca el cúmulo cuando alcanza la altura de condensación, dicho grosso modo). Un sotavento es la zona menos indicada para volar con un parapente, a no ser que seas un auténtico hacha y sepas "lidiar" con las condiciones que allí te vas a encontrar: sotavento=turbulencia muy fuerte. No es extraño que los competidores se metan "donde vive el monstruo" porque les asegura trepadas brutales que pueden hacerles ganar una prueba.... ahí ya decide cada uno hasta dónde quiere arriesgar.
Existe un auténtico arte en "leer e interpretar" el aire en zonas de montaña por parte de los voladores (bastante pocos consiguen ser realmente expertos en esto, y marca la diferencia entre ganar o perder competiciones). No en vano son las zonas más complicadas de interpretar en cuanto a meteorología de valle para sacarles partido.
Es mucho más fácil hacer un vuelo sobre llanura (donde la turbulencia se reduce mucho debido a la falta de accidentes orográficos y los contrastes en el suelo se identifican muy bien para detectar posibles focos de térmicas -bosque junto a trigal es una buen opción-) que en, por ejemplo, Castejón de Sos en el valle de Benasque.
Y un último apunte:
Hay un fenómeno muy agradable en este tipo de vuelos. Se produce a última hora de la tarde y se llama restitución: consiste en que cuando el sol se comienza a ocultar, las zonas que más calor sueltan durante el día (trigales, zonas rocosas, etc) se enfrían antes que zonas que durante el día no eran tan activas (un bosque, por ejemplo), por lo que en ese momento del día la situación de generación de térmicas se invierte y las ascendencias se debería buscar sobre esas zonas verdes, en vez de sobre los focos habituales a medio día. Suele proporcionar unas ascendencias suaves mientras disfrutas "casi con las manos en los bolsillos" de una bonita puesta de sol volando a bastantes metros del suelo y a penas sin perder altura.
Bueno, saludetes a tod@s.