Magnífico reportaje, Samán!!
Ha visitado bastantes veces el valle del Aragón (o de Canfranc, ya nos explicarás como se debe llamar), tanto en verano como en invierno, y en honor a la verdad hay que decir que esas fotos se quedan cortas... visto en realidad es todavía mucho mas impresionante.
No he subido nunca a ese montículo, pero desde luego, tu valle, lo mires por donde lo mires no tiene desperdicio. La vista del circo de Rioseta subiendo por la carretera a la salida de Canfranc es bestial. Sobre todo cuando ves detrás del circo como despunta el pico de Aspe con todas sus rocas puntiagudas repletas de hielo y nieve. Es que parece el Himalaya pero en pequeño. Por no hablar de la zona de la estación de ferrocarril. El edificio de la estación es soberbio, y el marco incomparable, con todos esos bosques que suben escalonados por los dos paredones verticales que cierran el valle hasta las alturas rocosas llenas de nieve... En fin que la sensación que tiene uno ahí es la de que está en un lugar paradisiáco.
A mi lo que mas me impresionó de tu valle, fue en Candanchú, en el telesilla que comunica la zona del Tobazo con la Tuca blanca. Es que literalmente se te echan encima los tremendos paredones verticales del pico del sombrero (creo que se llama así la montaña que cierra el circo de Rioseta) y además como el valle es tan estrecho, desde el telesilla que va por un filo que los separa de Candanchú, no se atisba el fondo del valle, y da una sensación de vacío y caída bestial.
En fin, Samán, que vaya envidia poder vivir en un sitio así..