Estas repoblaciones, para poder mantenerlas protegidas, tenemos que cerrarlas, con estacado y alambrado de malla ganadera, los cierres son de una altura de 1,60 m., que suplementamos hasta conseguir 1.80 ó 1,90 m., pues con todo y eso, se nos cuelan los corzos y los ciervos, amén de que alguna vez no rompan el alambrado y metan el ganado, como ha pasado muchas veces, entonces en muy pocas horas, el daño que producen es terrible.
Yo he visto, como en una plantación que realizamos a finales de invierno, en un área determinada, de 3 Has., plantamos 3.200 castaños, a raíz desnuda, con abundante cepellón, que previamente embarramos ligeramente,de 5 savias y de 1 a 1,20 m. de altura superficial, había quedado perfecto, entremezclado con algunas hayas y robles. Cuando empezaron a brotar en primavera, con menos de un 3% de marras, en menos de una semana, los corzos machos se encargaron de cargarse a más del 70%, frotando el correaje de sus cuernas, contra el frágil y tierno tronco de los plantones de castaño, que pelaron y descortezaron, llevandoles irrevocablemente a la muerte. Intentamos miles de artimañas, repasamos los alambrados y cerramos concienzudamente, pero no hubo nada que hacer, siguieron entrando, a esto hubo que añadir la entrada de ciervos, que saltaban limpiamente el alambrado, causaron menos daño en el resto de arbolado plantado, pero despuntaron y comieron numerosos brotes de los árboles repoblados.