según los meteorólogos norteaméricanos, todo cambiará en pocos días.....
Alerta de llegada de entre 7 y 9 huracanes en los próximos meses
Washington, 2 ago (EFE).- La temporada de huracanes en EEUU será mucho más activa de lo previsto, según los meteorólogos, que hoy pronosticaron que, antes de que termine el 30 de noviembre, la costa atlántica se verá golpeada por entre siete y nueve huracanes.
"A pesar de que ya hemos registrado un récord de siete tormentas durante junio y julio, aún no se ha producido mucha de la actividad de la temporada", alertó hoy en una rueda de prensa Gerry Bell, experto de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU (NOAA).
Los meteorólogos de la NOAA y del Centro Nacional de Huracanes han presentado un nuevo mapa de la temporada de 2005 (desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre) que incluye entre dieciocho y veintiún tormentas tropicales, de las que de nueve a once se convertirían en huracanes.
Entre cinco y siete de esos huracanes, con vientos sostenidos superiores a los 179 kilómetros por hora, serían mayores, es decir, de categoría tres o más en la escala Saffir-Simpson (de cinco grados), que mide la intensidad de los ciclones según su potencial destructor.
Según Bell, de acuerdo con lo ocurrido en temporadas similares precedentes, es previsible que dos de esos huracanes alcancen tierra estadounidense, mientras que el resto se quedarían en aguas del Atlántico y del golfo de México.
No obstante, el director del Centro Nacional de Huracanes (CNH), con sede en Miami (estado de Florida), Max Mayfield, dejó claro que "saber exactamente dónde va a golpear un huracán y con qué intensidad no puede determinarse ni con unos días de antelación".
Pero por si acaso, Mayfield ya ha lanzado un mensaje muy claro hoy a los residentes de las regiones costeras o próximas al litoral: "Deben hacer todos los esfuerzos y estar bien preparados antes de que haya una alerta de tormenta tropical o huracán", dijo.
Las cifras divulgadas hoy prácticamente duplican las que los meteorólogos de la NOAA dieron a conocer el pasado mayo, cuando aventuraron sus primeros pronósticos para la temporada 2005.
Entonces dijeron que iban a originarse entre doce y quince tormentas tropicales y entre siete y nueve huracanes, de los que de tres a cinco serían mayores.
A la espera de que se confirmen estos datos, que igualarían el récord establecido en 1933 con veintiún tormentas tropicales, la NOAA dijo estar al "cien por cien" segura de que la temporada será más activa de lo normal.
El aumento de la temperatura del agua en el Atlántico y la dirección de los vientos favorecen sobre todo el incremento de la actividad ciclónica, según los expertos, que aseguran que estamos en un ciclo que comenzó en 1995 y que tiene una duración de veinticinco a treinta años, en el que las sesiones de huracanes cuentan con una actividad superior a la media, fijada en diez tormentas tropicales y seis huracanes (dos de ellos mayores).
Los augurios del Gobierno son más alarmistas que los que emitió el pasado mayo el prestigioso meteorólogo estadounidense William Gray, conocido popularmente como el "gurú de los huracanes", quien prevé una temporada 2005 con quince tormentas tropicales.
Las primeras amenazas que ha traído ya este temporada se han llamado "Arlene", "Bret", "Cindy", "Dennis", "Emily", "Franklin" y "Gert", los primeros nombres de una lista de veintiuno ya preparada por la NOAA, que sigue un orden alfabético. "Dennis" y "Emily" han sido huracanes mayores y el resto tormentas tropicales.
Una vez concluida esa lista, se iniciará una nueva con el alfabeto griego.
La lista incluye desde finales de la década de los setenta nombres femeninos y masculinos, no sólo de mujeres como cuando comenzó en la década de los 50 cuando, supuestamente, el meteorólogo que la inventó equiparaba las características impredecibles de un huracán al sexo femenino.
Después vendrán "Harvey", "Irene", "José", "Katrina", "Lee", "María", "Nate", "Ophelia", "Philippe", "Rita", "Stan", "Tammy", "Vince" y "Wilma".
Según el CNH, el primero en usar nombres propios para bautizar estos fenómenos fue un científico australiano a principios del siglo XX.
El científico solía emplear nombres de políticos que le desagradaban, lo que le permitía referirse al político en cuestión como "un objeto errante en el Pacífico".
Hasta ahora, el nombre más tristemente recordado en Estados Unidos es el de "Andrew", el huracán que arrasó Florida en 1992 causando la muerte de veintitrés personas, y que encabeza la categoría de los daños en ese país, con 26.500 millones de dólares.