En Huesca les llaman roperos, y son muy frecuentes en verano.
Es todo un espectáculo verlos cazar, son capaces de estar diez minutos para avanzar veinte centímetros hacia su presa, y luego se abalanzan rapidísimamente para cogerla con su inmensa boca.
Recuerdo una encarnizada pelea en una pared de Rodellar entre un gran ropero y una mantis religiosa, llegaron a caer los dos al suelo, pero al final el ropero se alzó victorioso.
Aquí os dejo la foto de un ropero, o salamanquesa, o salmantina que dice un amigo mío, precisamente sacada en Rodellar este mismo verano.