A mí hay dos cosas que me huelen muy mal en este asunto:
1. El historial de TEPCO, la empresa concesionaria de la central, cuajado de engaños y encubrimientos.
2. La frenética actividad de Francia, más preocupada de contradecir y exagerar en todo momento el alcance de la situación que de echar una mano en el asunto.
Así que, de momento, tendremos que ponerle asterisco a la información que nos vaya llegando.