Lo mismo no ha quedado claro anteriomente, pero el hecho de haber hecho estas fotos no quita para que sienta una profunda tristeza,
no ya por el incendio en sí y lo que suponga para la gente que allí trabaja, sino por la horrible cantidad de mierda que se ha vertido a la atmósfera y que con sucesos como este y mucho más bestias se van cargando el planeta poco a poco, lentamente, pero a peor en cualquier caso. La belleza plastica de las imágenes, como dice Alberto, nada tiene que ver con el hecho en sí y no debemo sentirnos culpables porque hasta cierto punto nos gusten, igual que flipabamos viendo las dos torres gemelas ardiendo. Sea fortuito o sea provocado, sea por una mala supervisión o sea por lo que sea, me da mucha pena, casi la misma que me da cada noche cuando tiro la basura.
Saludos,
rayo