Saludos.
Esta tarde me dirigí hacia la costa. Sabía que había mar de fondo y las olas podían prometer un buen espectáculo. Me puse en marcha hacia la Isla de la Virgen del Mar, a escasos kilómetros de mi casa. Y no me equivoqué.
Al llegar al aparcamiento ya pude ver como saltaban las olas cuando rompían contra el acantilado. Me dirigí hacia un extremo de la isla y cayó la primera fotografía:
Desde donde me encontraba se veía muy bien cómo pasaban las olas. La distancia entre la cresta de una ola y la siguiente (o la anterior) se llama "período de la ola". Era bastante grande, como corresponde a una mar de fondo; estimo que entre cresta y cresta podría haber unos 15 o 20 metros:
Me acerqué un poco más; esta ola casi me pilla:
Y ésta, por falta de cuidado, sí me pilló.
. No me mojé mucho para lo que podía haber sido, sólo unas cuantas gotas en el pelo y en el jersey. Fijaros en mi sombra que está en la espuma de la ola:
Aquí podéis ver la altura del acantilado. Por esta parte de la isla vienen a ser unos 35-40 metros. Algunas olas superaban esta altura al romper; había que andar con cuidado:
Había unos colores muy bonitos. Ya estaba atardeciendo y la luz del sol hacía que la roca caliza de la isla se tiñera de un extraño color amarillo que contrastaba con la blancura de la espuma.
No es niebla. La espuma de la rompiente, pulverizada, se extendía sobre la superficie del mar. La visibilidad en esa zona era bastante mala.
En esta foto se aprecia bien la altura de las olas a punto de reventar sobre el acantilado:
Al asalto de las rocas!!!!
Con esta impresionante fuerza, no me extraña que las rocas queden reducidas a arena. Impresionante.
Y así acabó la tarde. Espero que os guste el reportaje.
Hasta pronto.