Fiabilidad: la que te proporcione el termistor y sobre todo la del circuito de control que lleve, depende de los materiales usados, la técnica de medida usada y el calibraje que se haya realizado. Si se quiere la fiabilidad puede llegar a límites insospechados (en comparación con los medidores normales)
Ventajas,
- económicas, aunque hoy en día quizás no muchas a no ser que compres en cantidad, porque los componentes discretos por unidades suelen costar mucho más de lo que valen realmente (vamos, que no pagas el componente, lo que pagas es el servicio, y el mínimo ya es mucho),
- puedes poner un puñado, en diferentes sitios y para diferentes funciones.
- aprendes un puñado de electrónica aplicada, que siempre es un valor añadido, además este conocimiento te permite realizar montajes complejos, con termistores y con cualquier otro sensor que se te ocurra.
Inconvenientes,
- necesitas circuitería adicional para su calibración y recopilar los datos (los termistores no son más que resistencias que varían con la temperatura, necesitas circuitos operacionales para "leerlas", después traducirlas a digital, almacenarlas y pasarlas al ordenador). Aunque eso lo puedes solucionar fácilmente hoy día, hay componentes que facilitan eso, pero estás en lo mismo que comentaba anteriormente (acabas pagando el servicio y no el componente).
- en el exterior necesitan coberturas para que no se deterioren, bien por el sol, bien por el patillaje metálico, aunque la solución suele ser fácil (sombreros, pasta epoxi,....) ahí también se va tiempo y dinero.