Aun queda gente en el pueblo que recuerda lo que pasó en los duros años de la posguerra. Bandoleros y contrabandistas para unos, resistentes y heroes para otros, esos recuerdos hablan de ellos, de los llamados "Maquis", aquellos que no se resignaron al cambio de régimen que la Guerra Civil les trajo, retomaron, si es que las dejaron, las armas y se echaron al monte. En aquella época, la sierra de mi pueblo, la Sierra de Calatrava, era una zona prácticamente virgen, apenas hoyada por el pie humano. ¿Que mejor lugar que este para refugiarse, para sentar una "base de operaciones?. Así lo debieron pensar algunos de los maquis que por la Sierra Morena y sus inmediaciones estuvieron.
Una historia que me contó uno de los mayores del pueblo, que en esa época era un niño que acompañaba a su padre a fabricar carbón vegetal en la sierra, habla de lo que le sucedió a una partida de maquis en la Sierra de Calatrava. Eran tres o cuatro, no lo recuerda, que cada vez mas presionados por las fuerzas del joven régimen franquista, se escondieron en lo mas profundo de la sierra. Eligieron como refugio una gran cueva, no muy profunda, pero si amplia, y allí, desde las alturas, protegidos por la soledad y la espesura, vivian penosamente su ya perdida guerra. Hasta que su refugio fue descubierto.
La historia dice que una vez averiguado el lugar donde se encontraban, una partida de la Guardia Civil se adentró en su busca, de noche, para llegar al amanecer al lugar. Salieron del pueblo en mulas, por que allí no había apenas caminos, sino solo trochas de leñadores, y por fin, alcanzaron el Cobarrón. Esperaron que amaneciese, ocultos en las cercanías. Los maquis, como cada día al amanecer, bajaron al arroyo que corría al pie del monte en que se encontraban, en busca de agua limpia y fresca. Pero esa mañana habia algo diferente. Los apostados salieron a su paso, les dieron el alto, les ordenaron que se rindiesen. Uno de los sorprendidos maquis, no resignándose a su suerte, cárcel o ejecución, intentó sacar su viejo fusil. Y se dice que el entonces sargento de la Guardia Civil del pueblo, antes de que lo consiguiese, con su pistola acabó con él. Otro resistente consiguió huir entre la fragosidad del terreno, pero no mucho después fue también muerto, no muy lejos de aquí. El o los otros maquis, no lo recordaba bien, se rindieron y no la historia no sabe que fue de ellos.
En fin, y dejándome ya de historias, que son la historia del pueblo en realidad, hoy, aprovechando que tenía vacaciones
, he pensado en ir a la sierra al Cobarrón, donde trascurrió ese episodio. El campo está tremendo y hay que aprovechar. Es una zona donde amplias laderas están cubiertas de pino, como vereis, pero tambien encontramos preciosas manchas de bosque mediterráneo, con sus pobladores. Y agua, mucha agua, todos los arroyos corren con una poco común alegría, para finales de mayo que estamos. Comencemos el paseo
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La primera parte del recorrido ya lo habeis visto, los que frecuentais esta parte del foro, en algun otro reportaje, asi que entraré directamente a al meollo de la cuestión. La plena sierra:
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Esta zona tambien tiene su trágica historia, pero ya la contaré otro día. De momento hablemos de lo que vemos. Sierra y monte.
Como os hablé, el agua corre por doquier. Forma grandes pozas en los arroyos, que se llenan de flores como estas:
Casi se puede decir que sale agua hasta de debajo de las piedras:
Aquí, evidentemente, antes el agua no estaba presente:
La zona está cubierta de una espectacularmente verde vegetación. Laderas y picos cubiertos de encinas, madroños, quejigos, labíernagos, jaras, brezos y pinos. Un sin fin de especies. Paseemos entre todo ello:
Lastima que esta zona ya no esté tan virgen como hace 60 años. Se ven algunas grandes manchas de pinos podados y limpiados. Supongo que a medio-largo plazo es algo bueno para el monte, pero ahora queda un poco triste:
Pero hay montones de sitios donde mirar, cuya belleza compensa lo anterior:
Por el camino nos encontramos algunos de esos pobladores de los que antes os hablé. Un joven arrendajo (y que bicho mas escandaloso, por dios, cuando me vio alertó a todos sus parientes a 4 km a la redonda por lo menos
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Los abundantes, y casi rollizos por cierto, ciervos:
Estos ejemplares, cuando la cuerna esté desarrollada, serán majestuosos. El año acompaña para ello.
El sol y el calor han apretado hoy:
Pero siempre encuentras pequeños rincones idílicos donde descansar.
Y no solo descansar, tambien beber es necesario, y no hay nada mejor que hacerlo en estos, tambien casi idílicos, arroyos serranos:
Esto si que fue raro. Una pequeña construcción de piedra, como una pequeño castro, y con pinta de ser viejísimo, que me encontré en medio del pinar. Al menos no lo destruyeron al plantar los pinos, podria ser algun vestigio de algo importante
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Pero bueno, sigo el camino y por fin, mi destino queda a la vista. El cobarrón, ese pico con roquedos, a la derecha:
Densa vegetación la que cubre esta zona. No me extraña que lo eligieran como refugio:
Cada vez mas cerca. ¿Lo veis, a media altura ese hueco entre los roquedos?
Este fue el hogar y el patíbulo:
Ahora aquí, sus habitantes mayores son los cérvidos. A esta hembra la he fotografiado por un motivo. ¿La veis bien?:
¿Sois capaces de encontrarla ahora?. A la izquierda, con el cobarrón a la derecha. El Cobarrón no parece en las fotos anteriores gran cosa, pero comparad ahora con el tamaño de la cierva. ¿Mucho mas impresionante, verdad?
En lo mas alto de la montaña, hay una columna de piedras. ¿Será algun tipo de lápida o esquela que recuerde lo que aquí paso?...
En fin, si eso no es un recuerdo, al menos quedará el recuerdo de este reportaje, que espero guste. Un saludo!.