Hola, llevo unos días leyendo un libro que trata sobre la historia de Valladolid en el siglo XIX y he podido descubrir en sus páginas algunas reseñas climatológicas-meteorológicas.  Por ejemplo:

III. EL TRANSITO DE LO ANTIGUO A LO NUEVO. EL ALUMBRAMIENTO DE LA SOCIEDAD DE CLASES (1800-1833)

      1. Guerra de Independencia: destrucción, hambre y persecuciones (1800-1814)

          F. Bajo el peso de los franceses (1809)

              d. La difícil subsistencia. Los precios.

                  (pag. 76) "El año 1809 además fue muy lluvioso y hasta finales de julio prácticamente no hubo verano; todo el tiempo fue de aguas que parecían de temporal, muchos nublados y algunos con piedras: raro fue el día que se vio el sol claro."


          G. La guerrilla, la gran pesadilla francesa (1810). El nacimiento de nuevos héroes populares.

               c. Política reformista.

                   (pag. 100) "En resumen, el año 1810 para los vallisoletanos no es menos duro que el anterior. Incluso los elementos climáticos no parecen muy favorables: año excesivamente lluvioso y con temporales muy fuertes."


I. Valladolid campo de batalla (1812): guerra social, hambrunas y ¿revolución política?

     b) Hambrunas.

         (pag. 116). Conviene recordar previamente que 1812 es un año de excelente cosecha (lluvias suficientes), aunque algunas tormentas de verano (pedrisco), causan bastantes destrozos en áreas restringidas.


2. Restauración de la vieja sociedad. Persecuciones políticas (1814/20)

     (pag. 137) Pero incluso en algunos momentos el clima tampoco parece colabrorar. Así en 1816, el verano es muy frío y aunque hay buena cosecha de cereales la vendimia duró hasta mediados de noviembre y el fruto fue agrio.(Esto es resultado de la erupción del Tambora del 10 de abril de 1815)

4. La década ominosa (1823-33): Persecuciones políticas y guerra social.

     a) Clima y precios.

          (pag. 147) Antes de entrar en la dinámica político-social, me parece que conviene detenernos en las condiciones materiales por las que atraviesa la ciudad. Y en este sentido la climatología es clara protagonista y también las subsistencias, tocándose de nuevo momentos de verdadera miseria, para completar el panorama con la llegada a partir de 1832 del cólera morbo, que tantos estragos causa.
Habíamos visto los contrastes del clima también durante el Trienio Liberal, con las dos grandes crecidas e inundaciones de 1821 y 1823 ( gran crecida del Pisuerga y del Esgueva en enero de 1821 y febrero de 1823). Ahora en estos diez años las sequías son una constante. En 1824, el verano es muy caluroso y muy seco. El río apenas trae agua. Se secan algunos pozos y fuentes. Pese a todo la cosecha es mediana. En 1825 la misma tónica y pese a las rogativas sólo llovió un poco. En 1827, en mayo una gran helada destruye el viñedo. No afecta a la cosecha de cereales. El mismo mes, pero del año siguiente, grandes calores y hubo sequedad que causó considerables daños en los sembrados. El verano de 1828 fue muy seco, pero hubo buena cosecha de granos y vino. Sin embargo, en 1829, por marzo mucha agua y grandes vientos. En octubre grandes heladas destruyen el viñedo. Resulta vino mediano y caro. Finales de diciembre y hasta febrero de 1830 cae tal helada como no se ha conocido mayores en Valladolid. Con tal rigor que a mediados de enero se llega a los 14 grados bajo cero.

" El río quedó completamente helado, como que pasaban sobre él multitud de personas y le atravesaban las caballerías. Los ingleses y escoceses (de los reales colegios) patinaron muchos días. Los viejos de 85 años dijeron que no habían conocido ni habían oído decir a sus mayores nada parecido a semejantes heladas". Las huertas se secan, árboles frutales, parras, etc.


1. Valladolid, bajo la sombra de la guerra carlista (1833-1840)

     b) La situación material.

         (pag. 157) El clima muy variable y extremo. Falta de lluvias y heladas especialmente va a ser un factor más que contribuya a la carestía.


3. El régimen de las clases medias (1844-1868)

     b) Los motines del pan (1854/56)

         (pag. 183) Entre las causas detonantes del motín de junio de 1856, Daniel Reboredo, distingue dos tipos: unas lejanas, otras próximas. Entre las primeras habría que incluir: la inundación de Valladolid de febrero de 1855, con los consiguientes destrozos en la ciudad (especialmente en determinados barrios); la carestía de la carne; la invasión mortífera del cólera morbo en provincias limítrofes, con el consiguiente susto; la crudeza del invierno, que causa multitud de muertes y que impide el normal desarrollo de las labores del campo.


     d) Ante la subversión social (1865/68)

         (pag. 189) Periódicamente se producen tales azotes climáticos. Después del reseñado 1855-56, en 1859 encontraremos otra vez un año de gran sequía y con un verano tan caluroso que ante la muerte por asfixia de varios segadores, es preciso prohibir la recolección durante las horas centrales del día. Un periodo de cierta estabilización atmosférica y a partir de 1865 de nuevo sequía, especialmente en los años 1867-68 son aterradores, prácticamente no se recoge cosecha.



Todo esto ha sido extraído del libro: "VALLADOLID EN EL SIGLO XIX. HISTORIA DE VALLADOLID.-VI". Celso Almuiña Fernández. Editorial Ateneo de Valladolid.

Muy interesante

Yo recomendaría también leer a Miguel Delibes, para saber del clima en la posguerra en Valladolid provincia en el siglo XX, interesantísimo.



Recuerdo de niño reseñas del "Pezón de Torrecigorico", las heladas negras, cencelladas y nieves creo que en "Las Ratas", ese libro que a toda nuestra generación se nos impuso en Literatura, libro que por cierto me encantó...

Muchas gracias por la información.

Menudos inviernos más buenos esos de principios del XIX.

Napoleón al cruzar la sierra madrileña se encontró con una monumental nevada mientras perseguían al cuerpo expedicionario de Wellington en su retirada a La Coruña.

Hola, he añadido más cosas, espero que os gusten. 

La verdad es que flipo, además de los azotes del clima la guerra y el hambre.

Muchas gracias por la nueva información