El lunes 19-10 aprovechando que este año el otoño iba muy retrasado y ante la inminente llegada del mal tiempo que duraría hasta el final de las vacaciones había que aprovechar bien el único día estable que quedaba. En el porrón de años que llevaba sin ir a Ordesa casi nada ha cambiado, autobuses de jubiletas, fotografos profesionales (muchos más que antes), mucha gente en el camino, los catetos siguen escribiendo sus nombres en los troncos de las hayas, la gente sigue siendo tan guarra como antes y hay mucha basura en los bordes del camino, el bosque de Ordesa sigue siendo tan espectacular como siempre y que dure. Lastima que apenas pudimos ver un par de neveros en la montaña. No pillamos la nieve por 2 días.
Salimos de Cerler con las primeras luces, es un placer recorrer el tramo Campo-Ainsa y recordar los mareos de primera que agarraba de niño en la antigua carretera. Disfrutando de la vista de Peña Montañesa, la bajada a Ainsa con los primeros rayos de sol dando de lleno, la visión de las tres Sorores. No tan agradable el tramo Boltaña-Broto, tan tercermundista en algunos tramos como El Run-Campo, es realmente necesario el reasfaltado que están haciendo.
Parada a comprar el pan en Broto, clásica foto de Mondarruego
Ya en la pradera vista del Tozal del Mallo
Primeros pasos por el bosque de abetos y hayas
Hasta que nos vamos encontrando las cascadas del Arazas
Cascada del Estrecho
Bosque de las Hayas
Una vez salimos del bosque de las hayas es cuando por fin vemos con claridad el colorido otoñal de las laderas.
Ribereta del Arazas