Menuda sorpresa más desagradable me he encontrado hoy al cruzar por el río Guadalfeo hacia la playa de La Guardia, ya en el término municipal de Motril. Un caudal de color blanquecino o nacarado, típico de las aguas negras, bajando por el lecho del río, y levantando una enorme pestilencia. Todo esto desembocando en una especie de laguna que hay justo en la desembocadura al mar del río, y en donde es posible ver diversas especies de anátidas.
Lamentable, señores. El otro día me echó el alto personal de Protección Civil por estar con mi perra en la playa, con el pretexto de que esa playa de la Guardia está dentro del Club de Calidad nº1 o no sé qué chorradas, y luego hay vertidos de aguas negras, toda la playa llena de todo tipo de mierda (bolsas, latas, desperdicios, sedales y anzuelos por un tubo, sillas, esqueletos de bicicletas...)
Que baje Dios y lo vea...