Mu buenas...
Betelgeus tiene razón, y tiene y mucho q ver con la astronomía, aunq se pueda aplicar esto d la invisibilidad a otros campos, ese plasma o éter q le es invisible al medio q le rodea por electrones libres... Os pongo un artículo:
Si nos imaginamos el universo, las primeras cosas que nos vienen a la mente son las estrellas, los planetas, las galaxias, y los otros objetos cósmicos que nos rodean. Sin embargo, pocas veces nos imaginamos ¿qué hay entre esos objetos? ¿Qué es lo que hay en ese espacio que nosotros observamos como negro y vacío?
Los pensadores del pasado consideraban la existencia de un fluido invisible, imponderable y continuo que ocupaba todo aquel espacio del Universo que no ocupaban las estrellas y los planetas. Este fluido era el éter, y su justificación se centraba en que las teorías de la época negaban la existencia del vacío, principalmente porque el concepto de vacío negaba la omnipresencia Divina, y por ende ponía en duda la existencia misma de Dios. Más adelante, el éter se proponía como un medio en el cual era posible establecer el sistema fijo de referencia que permitía determinar las velocidades de los objetos astronómicos; además, el éter era perfecto para que las ondas electromagnéticas se transmitieran por el espacio, dando sustento a las ondas como un gran mar interestelar.
La caída de las teorías etéreas comenzó cuando se consiguió un vacío parcial; sufrió un duro golpe cuando Einstein concluyó que el hablar de un sistema fijo en el Universo era erróneo, pero el fin de esta teoría se consolidó cuando se demostró que las ondas electromagnéticas podían viajar en el vacío. Se decidió entonces que el espacio interestelar estaba vacío.
Paradójicamente, hoy en día otro fluido ocupa el espacio abandonado por el éter: el plasma.
El plasma es el fluido del cual están constituidas las estrellas y ahora los astrónomos saben que el espacio interplanetario, interestelar e intergaláctico también está ocupado por plasma. Considerando esto último se puede decir que el 99.98 % de la materia en el universo está en fase plasmática. Dentro de los plasmas, el elemento más común es el hidrógeno.
Saber que las estrellas y el espacio interestelar son de plasma no nos ayuda a comprender ¿qué es un plasma? Para dar una definición sintetizada y general se puede decir que un plasma es un tipo especial de gas ionizado, aclarando que no cualquier gas que contenga átomos ionizados es un plasma. El fenómeno de la ionización ocurre cuando un átomo pierde, al menos, uno de los electrones que rodean al núcleo. Cuando la mayoría de los átomos de un gas a muy alta temperatura son ionizados, el gas se convierte en dos nuevos fluidos; uno de ellos formado por los electrones libres y otro, mucho más denso, formado básicamente por los núcleos de los átomos. Ambos fluidos coexisten e interactúan formando lo que se conoce como un plasma. Los fluidos constituyentes tienen cargas opuestas, pero la carga total del plasma es cero. Además, se puede decir que el fluido electrónico es relativamente más caliente que el nuclear, ya que los electrones libres tienen una mayor energía cinética, dado que, aunque su masa es mucho menor que la de los núcleos su velocidad es mucho mayor.
El plasma es una cuarta fase de la materia o bien, un cuarto estado de agregación y para justificarlo como tal, podemos hacer la siguiente analogía:
Al licuar un sólido es necesario suministrarle energía, para romper los enlaces cristalinos de las redes o cadenas moleculares. A su vez, se necesita suministrar más energía para evaporar un líquido y romper los enlaces débiles intermoleculares; ¿qué pasa si suministramos más energía a un gas? La respuesta es que la energía recibida por el gas se emplea en romper los enlaces atómicos que unen a los electrones con sus núcleos. Dado que esto sucede a muy altas temperaturas (decenas de miles de kelvines), lo que se obtiene al final es un plasma. Considerando que el proceso de ionización antes descrito supone un nivel energético superior al de las otras tres fases, se puede decir sin lugar a dudas que el plasma es la siguiente fase termodinámica o el siguiente estado de agregación a los tres comunes: sólido, líquido y gaseoso.
Ahora bien, esta cuarta fase de la materia nos rodea completamente. En realidad todo el universo está cubierto por regiones plasmáticas, que están bien delimitadas unas de otras debido a que los plasmas no se mezclan entre sí. Las regiones se conocen como parcelas; las parcelas en el universo interactúan entre sí como grandes amebas interestelares, fluctuando y oscilando debido tanto a los cambios internos en cada una como a condiciones básicamente magnéticas que se originan por su interacción.
Nuestra parcela se conoce como la heliósfera y tiene un radio medio que oscila entre las 80 y las 100 ua.(1) Para dar perspectiva a esta cifra hay que recordar que el radio medio de la órbita de Plutón es de 40 ua. La frontera de la heliósfera es conocida como la heliopausa y esta frontera es la que oscila constantemente. El plasma dentro de la parcela está en un continuo movimiento, originado por la estrella que rige la parcela y alejándose de ella a velocidades supersónicas. Este movimiento es lo que se conoce como viento solar.(2) La Tierra se encuentra envuelta en una esfera magnética llamada la magnetósfera,(3) y justo afuera de esta capa el plasma solar nos circunda a una velocidad de 400 km/s, a una temperatura electrónica (4) de 5 X 105 °C y con una densidad aproximada de 5 partículas por cm3. La densidad de un plasma interestelar en zonas muy alejadas de la estrella a la cual perteneció puede ser mucho más baja.
El estudio de los plasmas interestelares es uno de los campos de investigación más interesantes hoy en día; los grandes descubrimientos en este ámbito todavía están por realizarse. El comportamiento de un plasma se estudia por modelos matemáticos que toman en cuenta tanto teorías de la mecánica de fluidos tradicionales, como modelos magnetohidrodinámicos que requieren estudios superiores de física para su entendimiento. Sin embargo, el interés que provoca el espacio intergaláctico es general y nos atañe a todos aquellos que gustamos de mirar las estrellas y al negro fondo que las circunda.
¿Alguna duda?
Pufff, pues a mí se me ocurre cada cosa si fuera invisible... jijiji
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