Pues vamos a ver que pillo por ahí, porque del sol no controlo mucho:
Las manchas solares se explican como "zonas oscuras" en la superficie del astro rey, originados por una concentración de campos magnéticos que se distorsionan.
Aunque las manchas solares ya habían sido detectadas a simple vista varios siglos antes de nuestra era, no fueron conocidas como tales hasta la invención del telescopio astronómico. Los primeros observadores pronto se apercibieron de que no eran inmutables, antes al contrario, tenían una duración y un tamaño impredecible. Fue precisamente un aficionado llamado Heinrich Schwabe el primero que se dio cuenta en 1843 de que las manchas parecían presentar un período de unos 10 años, lo que fue confirmado en 1855 por Rudolph Wolf quien halló una periodicidad de 11 años, el conocido ciclo undecenal solar. En 1859 Richard Carrington descubrió que el Sol poseía una rotación diferencial, es decir, que gira más rápidamente en el ecuador que en los polos. También halló que la latitud media de las manchas varía con el tiempo. Al principio del ciclo de actividad las manchas aparecen cerca de las latitudes de 30° para, a medida que progresa el ciclo, formarse cada vez más próximas al ecuador, localizándose en el máximo cerca de los 10° de latitud. En realidad el ciclo solar tiene el doble de duración, unos 22 años, ya que cada 11 años tiene lugar una inversión de los polos magnéticos solares y 22 años es el tiempo que transcurre para que el Sol retorne a su configuración original. Además existe alguna evidencia de que el período pueda ser más largo, de hasta 80 ó 100 años (ciclo de Gleissberg). Por otra parte, el ciclo no es exactamente de 11 años, sino que puede ser más largo o más corto.
El registro más corto para un ciclo individual fue de 7 años y el más largo de 17. Es más, considerando el período entre máximos durante el último medio siglo el promedio resulta ser de tan sólo 10,4 años. Y por si aún fuera poco, en 1893 E.W. Maunder publicó un estudio en el que mostraba que durante 70 años, entre 1645 y 1715 las manchas solares prácticamente desaparecieron (a la misma conclusión había llegado un poco antes G.F.W. Spörer).
Estudios más recientes de John A. Eddy han confirmado los datos y ahora este período se conoce como Mínimo de Maunder, al tiempo que valiéndose de relatos antiguos sobre visibilidad de manchas a simple vista, de auroras polares y de otros indicios durante el último milenio, ha quedado prácticamente establecida la existencia de otros mínimos, como el Mínimo de Spörer, entre 1400 y 1510, el Mínimo de Wolf, de 1282 a 1342 y el Mínimo del Alto-Medievo, entre el año 640 y el 710. Xu Zhen-Tao y Jiang Yao-tao han presentado evidencias en contra de la existencia del Mínimo de Maunder al demostrar que al menos 10 manchas solares fueron observadas en China entre 1639 y 1700 (de acuerdo con el ciclo de 11 años) y concluyen que si no existieron más registros se debió a las convulsiones políticas de la época, con la destrucción de muchos observatorios y registros. Estos datos se contradicen con los trabajos de Minze Stuiver y Paul D. Quay que en 1980 publicaron sus estudios de datación del Carbono-14 confirmando no sólo los datos de Eddy, sino que extendieron la investigación en el pasado hasta unos 7.500 años atrás, llegando a la conclusión de que se han sucedido largas épocas sin manchas, alternándose con otras de gran actividad. De todas maneras hay que ser muy cautelosos con la interpretación de estos datos, primeramente por las imprecisiones propias del método del Carbono-14 y luego porque su producción está relacionada con la interacción de las partículas del viento solar y la magnetosfera terrestre; cambios en el campo magnético de la Tierra podrían dar lugar a resultados parecidos a los hallados, sin que ello implicase relación alguna con la actividad solar.
Estudios estratigráficos de sedimentos realizados en el sur de Australia revelan que en el Precámbrico, hace unos 680 millones de años, tuvieron lugar períodos climáticos de 11 y 22 años (con ciclos más largos de 90, 145 y principalmente 290 años) que prueban que no sólo ya existía el período undecenal sino que sus efectos eran incluso más aparentes que en la actualidad. Es decir, parece establecido que a larga escala de tiempo el ciclo undecenal es un fenómeno solar permanente, aunque existen muchos indicios que su intensidad puede variar ampliamente. Ciertas estrellas variables, como las del tipo BY Draconis y RS Canum Venaticorum parecen mostrar una actividad como la solar pero a una escala muchísimo mayor. Sus variaciones de luz se cree son debidas a la presencia de grandes grupos de manchas en su fotosfera, cubriendo entre el 15 y el 40% de su superficie (frente al 1% como máximo en el Sol) y dentro de lo poco que conocemos de ellas, también parecen mostrar ciclos de actividad, entre cinco y 30 años. Una de las más estudiadas es II Peg que en los últimos 25 años ha mostrado variaciones de luz entre 0,1 y 0,5 magnitudes. No obstante, las observaciones muestran que entre 1900 y 1940 su brillo fue constante, es decir, parece sufrir períodos de gran actividad (a principios de 1989 mostró el mayor máximo conocido) y épocas de calma, al igual que el Sol. Así pues, cuando un aficionado realiza un recuento y clasificación de las manchas solares, no solamente está llevando a cabo un registro estadístico de la actividad del astro rey sino que también lo está observando como la estrella variable que es.
Pero despues de tanto royo lo que queda es que las manchas pequeñas son debidas a baja actividad y puden crecer o desaparecer, si crecen es que hay mucha actividad.
No creo que te halla respondido demasiado bien Cb