Buenas, tengo guardado un artículo interesante con relación a este tema
Es da la Voz de Galicia del 2003:
La situación climatológica de A Coruña, al nivel del mar y lugar de paso de las corrientes templadas del Atlántico, como una derivación del Gulf Stream, que desde las costas de Irlanda baja hacía Portugal, hacen de la nieve un raro visitante de ella. De ahí que desde la Guerra Civil sólo nos haya visitado cinco veces.
Fue el 18 de enero de 1940, en plena posguerra y con los alemanes expansionándose por Europa en la contienda mundial, cuando A Coruña se quedó congelada por la visita de la nieve. Claro que el que no se consolaba era porque no quería, pues ese mismo día La Voz informaba de que en los países nórdicos, especialmente Finlandia y Rusia, la temperatura había llegado a ¡57 grados bajo cero! (ahora sólo
ha bajado hasta 53).Se añadía que desde hacía cuarenta años Europa no había padecido una ola de frío similar. A pesar de los grados bajo cero, el Deportivo entrenó ese día en Riazor en sesiones de mañana y tarde. Una foto muestra al defensa Novo medio congelado. Como anécdota cabe destacar que ese día fue probado un medio centro vigués llamado Judas.
Dos nevadas seguidas
La siguiente nevada tardó catorce años en llegar. Fue el 1 de febrero de 1954, a consecuencia de otra ola de frío polar que llegó a España y produjo temperaturas de 26 bajo cero en los Pirineos y de menos 7 grados en Madrid. A Coruña se consoló
con un grado bajo cero. Galicia se quedó incomunicada con el resto del país, aunque a última hora pudo abrirse el Manzanal, pero se necesitaban cadenas. La Voz informó de que no se podía llegar más allá de Herves y de la Costa da Sal. Se disparó el consumo de energía eléctrica en la ciudad y fueron varios los cortes debidos a la sobrecarga de las líneas. Los más beneficiados fueron los niños, que se fueron al parque de Santa Margarita, eternamente inconcluso, para lanzarse bolas de nieve.
Sólo dos años transcurrieron para la siguiente nevada: el 10 de febrero de 1956. El termómetro casi llegó a los tres bajo cero, aunque peor estaban en Cuenca, con dieciocho. El Dépor tampoco tuvo suerte, pues jugaba en Vitoria, con el Alavés, rodeado de nieve, perdiendo por 4-2. Bocelo, en su columna De sol a sol
, escribió al día siguiente que muchos coruñeses circularon por las calles con termómetros de bolsillo.
Intensa y sensacional
Para el que tituló la primera página de La Voz del 3 de febrero de 1963, la nevada que cayó el día anterior en la ciudad fue «intensa» y «sensacional», a pesar de que el termómetro no llegó al grado bajo cero. Añadía el periódico: «Todo aparecía cubierto de nieve y el espectáculo era más digno de las estepas siberianas que de nuestro país y mucho menos de A Coruña. Pero pese al frío, la animación en paseos y jardines, así como en los alrededores de la Torre, fue extraordinaria».
Se informaba de que los autobuses a Lugo y Asturias quedaron detenidos en la Costa da Sal. Los castromiles
a Santiago llegaban con dos horas de retraso. Bocelo se consolaba, en su columna, comentando que el hombre del tiempo advertía que a cinco kilómetros de altura, la temperatura sobre A Coruña era de treinta bajo cero.
La última fue en 1987
Fue en la noche del 13 al 14 de enero de 1987 cuando la ola de frío que estaba afectando a toda Europa llegó a A Coruña. La ciudad, incluso, estuvo incomunicada en varios momentos por la zona de A Pasaxe. Los accidentes, sin embargo, fueron pocos, a pesar de que los chubascos caían acompañados de fuerte carga eléctrica, destacando únicamente un marinero británico que resbaló y se cayó al agua, teniendo que internarlo en el Canalejo, y dos atropellos de peatones por patinazo de los vehículos. Este centro puso en marcha, aunque de forma parcial, el llamado plan de catástrofes. El Ayuntamiento también estableció un dispositivo especial para paliar los efectos de la nieve, destacando la recogida de vagabundos, que en número de diez fueron trasladados a centros benéficos. Otro vagabundo fue sorprendido en un edificio de la calle Santiago Gómez subiendo y bajando las escaleras «para entrar en calor». También se suspendieron las clases en la mayoría de los colegios. La temperatura mínima llegó a los dos bajo cero.
Los futbolistas del Deportivo también se vieron sorprendidos por la nevada, y su entrenador, Eusebio Ríos, al no poder realizar los ejercicios de calentamiento en el campo de la Torre, se fue con sus muchachos al Palacio de los Deportes. El columnista Torneiro tituló en La Voz su crónica de la nevada: «Cada veinticinco años no hace daño».