La construcción de un hotel en una playa del parque natural ha desatado las críticas de los ecologistas. El problema reside en si dicha construcción ha sido implantada en suelo urbanizable o no urbanizable, ya que en la cartografía que se confeccionó para el pertinente Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) resulta que no está (o hacen como que no está cuando si lo estaba) del todo claro en cómo se calificó dicho suelo. Sea como fuere, si al final se demuestra que el suelo es no urbanizable, dicha construcción pasará a ser ilegal. Además, creo recordar que todo lo que dicten los PORN es normativo y prevalece sobre las demás políticas sectoriales, en este caso los PGOU (Planes Generales de Ordenación Urbana).
Sin embargo, lo que de verdad quiero criticar es esta cultura urbanística asquerosa que tenemos en el litoral mediterráneo e Islas Baleares, y más aun en las áreas aledañas a espacios naturales, de la entidad que sean. Parece que no hay término medio a la hora de construir: si está permitido, pues a construir a saco. Nada de hacer construcciones de baja densidad, aunque esté rodeando un parque natural. Creo que había unos espacios denominados área de influencia o zona tapón alrededor de los espacios naturales para amortiguar impactos, lo que no sé es si se recogía en la cartografía de zonificación del parque, ya que no forma parte del parque en sentido estricto, y si son muy rígidos con las actividades que ahí se llevan a cabo; aunque no creo (si ya no lo son muchas veces dentro del perímetro de los parques..., qué vamos a esperar allí).
Lo que no se puede permitir es que justo a las puertas de los espacios naturales (ni en los espacios naturales ni el resto del espacio litoral) aparezca el urbanismo más salvaje, por muy urbanizable que sea el suelo.
ps: la noticia venía en el periódico El PAÍS de hoy mismo (28 agosto)