Sin duda, una brutal tormenta de esas de finales de verano, cuando entra de golpe aire frío chocando con todo el hornazo y el bochorno acumulado durante semanas.
Esa pequeñez del ser humano ante los elementos (sobre todo si la vives en plena montaña, aunque en zona urbana tampoco es despreciable), ese cielo que se va oscureciendo por momentos, esos colores o no-colores casi extraterrestres, esa sensación casi de fin del mundo .... es algo a mi entender absolutamente inigualable en la naturaleza.