Uno de los problemas que hubo con aquel temporal, desde el punto de vista informativo, es que se vio eclipsado por varios acontecimientos precedentes: uno, que ya se ha comentado aquí, fue la reciente visita del Papa Juan Pablo II a finales de octubre de 1982. Los otros dos fueron la aplastante victoria socialista en las elecciones generales de aquel mes y el tercero, y más importante, las inundaciones del 19 al 21 de octubre de 1982 en la ribera del Júcar, Alicante y otras zonas.
Cuando llegó el temporal del 6 al 8 de noviembre a Cataluña, Andorra y el norte de Aragón había cierta saturación informativa en los medios, por lo que salvo en Cataluña y el resto de las zonas directamente afectadas no tuvo el mismo eco mediático que la rotura de la presa de Tous, ocurrida varias semanas antes.
Luego, con el tiempo, de aquel otoño siempre se ha recordado más lo de Tous, ésa es la realidad, al menos en el conjunto de España. Pero la verdad es que a pesar de ese cierto olvido, el temporal de noviembre fue la chispa final que encendió la luz en los despachos oficiales de la época para que se implantara algo que no existía en España: la vigilancia meteorológica.
Después de aquello nacieron los GPVs, que ahora van a desaparecer bajo mi punto de vista en una absurda decisión que nos devuelve al pasado, al pasado que teníamos antes del 6 de noviembre de 1982 y del 20 de octubre de aquel mismo año
Saludos