Estos días he pasado algunas horas en la Biblioteca, buscando información y libros sobre meteo.
He leído algunas cosas interesantes. Por ejemplo, me he enterado que en el pasado consideraban que no era del todo imposible alterar o producir tormenta y modificar el balance energético terrestre mediante la introdución en la atmósfera a diversos niveles y latitudes, de nubes de hollín y cristales de hielo, e incluso, recubrir con polvo de carbón los bancos de hielo existentes en las altas latitudes polares, con objeto de lograr una mayor absorción de la radicación solar y provocar deshielo.
También, utilizando explosiones nucleares en la atmósfera de corta duración y efectos locales (no creo, tampoco, que conocieran los efectos devastadores reales), capaz de liberar en un instante tanta energía como la que se pone en juego en una tormenta.
Parece ser que ya en 1960 Langmnir, Shaefer y Vonnegut lograron una base científica en sus experimentos de alteración de las nubes.
Charles Hatfield (Kansas, 1875) produjo 4,5 cm de lluvia en dos días en Sierra Madre. Su técnica consistía en un aparato en forma de torre de 8 mts con tanques de hierro galvanizado en la parte superior; los tanques contenían bandejas de hierro con productos químicos, al parecer sulfato de cobre, y estaban unidos a la tierra mediante hilos coductores a través de los cuales recibían descargas eléctricas aunque se ignora el efecto que todo ello producía en las nubes, el hecho es que al parecer, en varias ocasiones, obtuvo espectaculares precipitaciones.
No sé vosotros, pero yo, al leer todo esto, he tenido la sensación de que no debe ser del todo ético esa manipulación a la que son expuestas la naturaleza y sus fuerzas (aunque sean sólo hipótesis). el hombre ya ha manipulado bastante este planeta con las emisiones de gases tóxicos a su atmósfera, con las destrucción sistemática de zonas selváticas y forestales, con la ubicación de anillos industriales cerca de reservas naturales, la destrucción de la capa de ozono, etc etc etc.
Creo que, aún con fines empresariales y/o industriales, esta manipulación resulta fuera de toda ética y todo respeto por el planeta y el universo. El hombre se alza en dios y lo que conseguimos es la degradación y aniquilación de la belleza y magestuosidad de las fuerzas naturales.
No, no estoy en absoluto de acuerdo con todo esto, creo que no hay nada más hermoso que tener frente a los propios ojos toda la belleza salvaje de los fenómenos atmosféricos y que se desencadenen estos fenómenos sin la intervención de la mano del hombre. Espero que mis hijos algún día puedan todavía estremecerse viendo como se aproxima una tormenta natural, disfrutando de una nevada o extasiarse contemplando la vida en la tierra y en el cielo, y no tengan que verse abocados a vivir en el basurero en que queremos convertir a este planeta.
¿Qué opinais vosotros de ello, que sois expertos meteorólogos?
Saludos.