Han pasado 4 años desde que hice el reportaje, estábamos en plena burbuja.
4 años después, se conocen algunos casos de jovenes que regresan a Zamora, y la sangría de exilio juvenil se ha reducido
algo debido a la crisis. Las viviendas de segunda residencia continuan creciendo (la mejoría de las comunicaciones por carretera han ayudado), pero el padrón continua menguando inexorablemente, así como el envejecimiento. Tiene difícil solución.
Observar por ejemplo en la pirámide poblacional de estas 3 comarcas zamoranas, a parte de estar invertida se observa un número inferior de mujeres en edad de procrear, que el de hombres, algunos lo llaman el fenómeno "granjero busca esposa", lo cierto es que las oportunidades laborales en el medio rural son mucho peores para la mujer. La cosa pinta muy muy mal.
Pero hay excepciones en Zamora. En los pueblos del entorno del lago de Sanabria el "boom" turístico ha permitido no solo mantener el padrón, sino aumentarlo como es el caso de Galende. En Puebla proliferan los hoteles, campings y actividad turísticas en torno al patrimonio natural. También ha aumentado mucho el turismo rural en el conjunto de la provincia, pero aún queda mucho por hacer, Zamora es una bella desconocida. Algunas cabeceras de comarca como es el caso de Toro, no van mal, gracias al vino y a la industria agroalimentaria (Quesos, azucarera, dulces, alimentación ecológica, etc.)