Perdonad por los tochos, pero creo que es importante para que se entienda mi visión sobre el CC:
Si estudiamos detenidamente el contexto socioeconómico y geopolítico de los años 80, cuando se creía que se avecinaba un Peak-Oil, es decir, que nos acercábamos a un colapso del petróleo, se puede entender, como afirman algunos autores, que el problema del CC “se creó” para frenar la creciente demanda y consumo de combustibles fósiles por parte de países emergentes como China, India y otros (BRICS), para así evitar un Peak-Oil más acelerado, y también evitar que estos países emergentes se sumaran al estado de bienestar y no se pudieran convertir en potencias económicas que desestabilizaran la economía angloamericana y occidental. Es decir, no había realmente una preocupación por el medio ambiente o por el deterioro de nuestro planeta, sino una preocupación económica que hacía peligrar el “sistema occidental”, porque los países emergentes se estaban sumando al estado de bienestar gracias al consumo acelerado de combustibles fósiles.
No parece que sea anecdótico que el IPCC y el CC nacieran a la vez que las políticas de libre mercado que desarrollaron Reagan y Thatcher, ya que muchos creen que fue debido a una forma de oposición a este tipo de políticas. Pero es algo que no se puede demostrar. Sin embargo es muy curioso que Margaret Tatcher, siendo primera ministra británica, presentara el asunto del CC formulado por Arrhenius, como un gran problema justo en el momento en que los mineros del carbón británicos mantenían una huelga que tambaleó cargos políticos y ciclos productivos ingleses. Es decir, se cree que aprovechó este asunto para declarar ante la opinión pública de su país que nuestro planeta se calentaba por culpa de la combustión de carbón y del petróleo, para desarrollar su programa nuclear, el cual le haría reducir en mayor o menor medida la extracción de carbón y la importación de hidrocarburos de Oriente Medio, y de paso aplacar la huelga de los mineros del carbón, el conflicto industrial de más larga duración en la historia del sindicalismo del Reino Unido. Países como Francia, Alemania y otros, apoyaron las tesis de la ministra Británica, y junto con la oposición Americana (Al Gore) crearon en 1988 el IPCC para concienciar a la población mundial de la necesidad de frenar el consumo de combustibles fósiles. En realidad lo que algunos autores proponen es que lo que realmente se buscaba era frenar el consumo acelerado e indiscriminado de combustibles fósiles por parte de China, India y demás países emergentes.
La mejor excusa que encontraron en el foro de Davos, Club Bilderberg, etc, para frenar este consumo de combustibles fósiles fue la de intentar convencer a la población mundial de que los gases de efecto invernadero que se emitían a la atmósfera estaban provocando un calentamiento global en el Planeta, que a su vez estaba produciendo un cambio en el clima que podría producir efectos indeseables en el futuro. El objetivo de la campaña era que toda la población estuviera en contra del consumo de combustibles fósiles, y así, que los ciudadanos del planeta, incluidos los propios ciudadanos de los países emergentes, fueran los principales opositores al consumo de estos combustibles.
Tras la caída del muro de Berlín y de la guerra fría, muchos militantes marxistas y/o anticapitalistas, no tardaron en sumarse a este discurso. También se sumaron a las filas de grupos ecologistas, encontrando a través de dichos grupos un nuevo medio de ataque al sistema económico occidental, esto es, promulgar que dicho sistema calienta el planeta con la emisión de CO2 a la atmósfera. Evidentemente, cuando una ideología adopta una idea y la hace suya, inmediatamente la ideología contraria adopta la idea contraria. Por eso en los medios se intenta convencer a toda la población, incluso a la ideología contraria, cosa que evidentemente es complicada.
El problema es que los países emergentes nunca han estado por la labor de frenar su desarrollo: “Vosotros habéis estado décadas consumiendo combustibles fósiles y desarrollándoos gracias a ellos, ¿y ahora nosotros no podemos?”. Además, el sector económico-financiero estadounidense tampoco ha estado de acuerdo en frenar este consumo porque frenaría parte de su propio desarrollo. Por eso, y a pesar de la propaganda y de las campañas constantes, nunca se ha conseguido poner a todos los países del mundo de acuerdo.
Aquel contexto geopolítico ha ido evolucionando, pero el fantasma del Peak-Oil sigue hoy en día aquí, y a pesar del surgimiento de las energías renovables no se ha conseguido frenar el consumo de los combustibles fósiles en los países emergentes. Pero con esta estrategia que defienden algunos, no solo no se consiguió frenar las economías de los países emergentes sino que hora tenemos a China al frente de las energías renovables. Lo que en un principio surgió como “un arma” que utilizó el neoliberalismo occidental para mantener el monopolio del los combustibles fósiles y para frenar el desarrollo de los países emergentes y así mantener su hegemonía mundial, vemos cómo actualmente los movimientos ecologistas y las ideas progresistas son las que han acabado siendo los abanderados del CC. Ahora “los países occidentales” ya no necesitan esta campaña del "miedo" para conseguir sus fines, porque los países emergentes (Brics) ya están desarrollados, y por tanto ya no tienen “nada que frenar”, por eso la campaña del CC ya no es tan agresiva en los medios de comunicación. Sin embargo, el ecologismo, los movimientos progresistas y otros grupos y sectores sociales con ciertos intereses, han recogido el testigo de la lucha contra el CC. Estos grupos no tratan de frenar a los países emergentes, que además ya son países plenamente desarrollados, sino que quieren frenar al propio sistema, que según ellos es “contaminante y saqueador de recursos”. El propio sistema económico occidental también sigue persistiendo (utilizando los medios de comunicación) en la necesidad de frenar el consumo de los combustibles fósiles debido, ya no a la necesidad de frenar a los países emergentes, sino debido al propio peligro que supone haber superado el pico del Peak-Oil. Debido a esta campaña que se realiza en los medios de comunicación, no solo están concienciados los ecologistas sino que se está “concienciando” a prácticamente toda la sociedad en su conjunto.
Hay que tener en cuenta que la mayor parte de los medios occidentales están en manos de los neoliberales. Por tanto, toda la propaganda y toda la infraestructura que nos machaca continuamente proviene de los grandes poderes y de los que controlan la información, tanto mediática como científica. El discurso de los ecologistas y progresistas les viene muy bien, ya que les hacen parte del trabajo.
Sin embargo, en los países anteriormente emergentes no existe este tipo de campaña mediática, aunque son conscientes de que tarde o temprano tienen que hacer una transición energética, y por eso china ya está en ello.
No me invento nada, no es una opinión, es un resumen de mucha información que he ido recopilando y que ahora es complicado de compartir debido ala censura y la propaganda.