Unas cuantas fotografías, de la jornada nivosa del pasado 14 de diciembre, en el "Real Sitio y Villa de Aranjuez" (Madrid), entre monumentos, jardines y sotos.
Desde luego, en circunstancias como estas, uno de los lugares más "solicitados" para saborear el ambiente y captar sus instantáneas, es el entorno del Palacio Real y el Jardín del Príncipe, a orillas del río Tajo.
Lo que era evidente, el deshielo progresivo de la nieve cuajada desde primerísima hora de la mañana; no solo es difícil que llegue a cuajar, igualmente que se mantenga sin derretirse, no olvidemos que la altitud de la población ronda los 500 msnm., con sectores incluso por debajo de esta cota. A todo esto ayuda el trasiego de las personas, que machaca la cubierta de nieve, más aún en ocasiones tan singulares.
No podían faltar, ¡Cómo no!
, los muñecos de nieve, y la mayor atracción y curiosidad viene dada desde el sector infantil, como suele ser natural.
Además, justito en frente del Palacio Real, muy gentil el señor del traje blanco, posa de varias maneras. Gracias muchas, buen hombre, se le ve contento
Un paseo por los sotos y ribera del río Tajo, se conserva con mayor integridad la cubierta de nieve. Muchos árboles caducifolios aún sostienen hojas por sus ramas, en mayor o menor medida, multicolores, especialmente los plátanos de sombra. Al mismo tiempo, un banco de estratocúmulos stratiformis, empieza a extenderse, ornamentando casi todo el cielo. A lo lejos, en otra posición, algunos lenticulares también asoman, pero en malísimo enclave para fotografiarlos. Una gozada.
Como telón de fondo, el bullicio, el palpitar de la vida animal del soto, desde pequeños pajarillos hasta aves respetablemente grandes. Parecían alegrarse de la ocurrencia de tan distinguido acontecimiento. Mirlos, carboneros garrapinos, herrerillos comunes, petirrojos, gorriones comunes, mosquiteros comunes, lavanderas blancas... Por cierto, en la orilla seminevada, así lucía esta lavandera cascadeña, querenciosa de moverse entre el agua del río, la nieve y la hojarasca:
Los mayores se dejaban ver tanto como los pequeñines, palomas torcaces, picos picapinos, etc. Varios ánades reales nadaban alegremente en medio del Tajo, como este bonito macho.
O esta polla de agua, extrañamente extrovertida, buscando algo para echarse al buche.
Cambiando de tercio, en plena zona de campiñas y huertas, la ausencia de actividad humana y lejanía de la influencia del calor urbano, permitía conservar prolongadamente coberturas mucho más homogéneas y de singular belleza, sobre el suelo. Algunas texturas, absolutamente fascinantes
Y aquí, el inmenso manto de nieve, que a las 11:00 hora local del día siguiente se evidenciaba desde el MSG2, con cielos despejados. Enormes extensiones del centro-sureste peninsular completamente blancas... (fuente: EUMETSAT).
Que disfrutéis abundantes nevadas. Mucha salud y cópulas