Puesto que dice que se trata de un conjunto de "objetos" o cuerpos que orbitan a distintas velocidades y a distintos planos, podría tratarse de alguna estructura tipo esfera de Dyson. Según la escala de Kardashov, una hipotética civilización capaz de construir una estructura semejante debería ser al menos de tipo II, capaz de aprovechar toda la energía de una estrella y a saber de qué más.
Aunque lo más probable y razonable, es que simplemente se trate de un cinturón de asteroides o cometas
Descartado cinturón de asteroides o cometas:
KIC 8462852 sería el nombre de una estrella a la constelación del Cisne muy normal si no fuera que los datos de la nave de investigación de exoplanetas Kepler muestran una anomalía extraña, todavía no comprendida por los astrónomos. Algunos se han arriesgado a proponer la existencia de una megaestructura artificial extraterrestre alrededor de la estrella.
Kepler es una sonda enviada al espacio en 2009 especializada al detectar planetas alrededor de estrellas lejanas. El método de detección es muy sencillo. Cuando un planeta pasa por ante su estrella, Kepler notará una ligera bajada de brillo. Esta bajada de luminosidad será mayor cuando más grande sea el planeta pero siempre será muy pequeña. Por ejemplo, para un supuesto observador lejano del Sol, Júpiter, el más grande de los planetas del sistema solar, produce una mengua de luz del Sol de sólo un 1% cuando transita ante nuestra estrella.
Con este método de los tránsitos Kepler ha conseguido detectar más de 1000 planetas extrasolares. Las bajadas de flujo luminoso en las gráficas (las curvas de luz) causadas por los planetas al transitar el objeto ante la estrella son siempre muy pequeñas. Además, este tránsito se repite regularmente y, de este modo se puede determinar su periodo orbital.
¿Pero qué pasa cuando la bajada de brillantez observada es de un 20%? Y además con picos irregulares que no muestran ningún patrón? Pues, que sencillamente no se tiene ni la más mínima idea…
Kepler tiene el propósito de observar unas 100 000 estrellas de una zona muy pequeña del cielo, situada entre las constelaciones del Cisne y Lira. Está claro que la observación de variaciones pequeñísimas de flujo en busca de supuestos planetas se tiene que hacer de manera automática. Las estrellas sospechosas de tener planetas son estudiadas después por astrónomos expertos. Aun así todas las estrellas son observadas por humanos para encontrar comportamientos extraños, aprovechando la extraordinaria capacidad de la visión humana para detectar patrones y regularidad mucho mejor que el que hace un ordenador (pero no tan rápido). Mediante el programa de ciencia ciudadana Planet Hunters, miles de voluntarios están ayudando a descubrir nuevos mundos.
Precisamente estos voluntarios avisaron del extraño comportamiento de la estrella KIC 8462852. Durante los cuatro años de observación ha mostrado dos episodios de bajada de luminosidad, el primero de un 15%, y el siguiente, con numerosos picos hasta un 22%.
¿Qué puede hacer bajar la luz de una estrella un 22%?
Lo primero que se podría pensar es que KIC 8462852 es una estrella variable, que intrínsecamente brilla más o menos a lo largo del tiempo. Pero resulta que es una estrella algo más grande y brillante que el Sol y, situada como este, en la secuencia principal, una zona estable de la vida de las estrellas. Por la misma razón también se ha descartado que un disco de polvo y residuos orbite este extraño objeto. La estrella es demasiado vieja para tener todavía un disco de formación planetaria.
También se ha propuesto un choque catastrófico entre planetas ya formados que ha creado un disco de residuos pero este emitiría luz en el infrarrojo y este exceso de radiación infrarroja no se ha observado.
Rechazadas estas y otras hipótesis para explicar la extraña curva de luz de KIC 8462852, los autores piensan que una gran nube de cometas situados en una órbita muy excéntrica podría ser la clave del problema. El empujón gravitatorio de una estrella cercana podría haber causado que cometas situados a la nube de Oort de la estrella se dirigieron hacia el sistema estelar interior. De hecho existe una estrella enana roja situada a sólo 132000 millones de kilómetros (885 ua). Esta explicación no ha convencido a los expertos puesto que haría falta una cantidad inmensa de cometas para tapar un 22% la luz de KIC 8462852.
¿Con qué nos quedamos, pues? De momento sólo con la hipótesis de que no explican nada.
Por eso se están explorando otras posibilidades. Una megaestructura artificial del tipo esfera de Dyson a medio hacer podría explicar las observaciones. Un tipo de cubierta grandiosa para recoger gran parte de la energía de la estrella central para alimentar una civilización extraterrestre superavanzada. El astrónomo Jason T Wright y otros han propuesto esta solución y ya piden que los radiotelescopios del proyecto SETI, de busca de civilizaciones extraterrestres, se dirijan hacia el extraño objeto para ver si se detecta alguna señal claramente artificial.
Pero a pesar de que esta sería una explicación, estaría al final de la lista de posibilidades, puesto que, por ejemplo, no se detecta el exceso de radiación infrarroja que esperaríamos si fuera el caso. Además, solo se encuentra a 1500 años luz, una distancia relativamente cercana en tiempos astronómicos (vamos, una vecina) que hubiera permitido que las emisiones de frecuencias de una civilización de esas características ya hubieran sido recibidas. Así que, no tenemos porqué lanzar las campanas al vuelo por la supuesta prueba de la existencia de una civilización extraterrestre.