Cuando -creo que fue una de las Viking- en los postreros 70 se descubrieron las muy sorprendentes caras de Marte -meted en San Google "Face on Mars"- surgieron como setas los visionarios, mesías, pseudocientíficos, profetas y cataclimistas del tipo Tristan Breaker, Jimenez del Oso o Benitez -a este último le respeto más; no todo es respetable ni tolerable, señores- que aseguraban haber encontrado en tales formaciones la prueba evidente e incontestable de la existencia de una civilización marciana que agonizaba y que envíaba señales de S.O.S al espacio con tales construcciones megalómanas. Pasaron los años, mejoraron las técnicas y las fotografías, se comprobó que tales rostros eran en resultado de distintas iluminaciones, distintos ángulos de incidencia de la luz, sobre curiosas formaciones geológicas, nada más. Los adventistas mesiánicos desparecireon del mapa, no dijeron esta boca es mía, nadie se retractó o asumió responsabilidades, exactamente igual que ha hecho Almodovar; donde dije digo, digo Diego, y listo. Qué fácil es todo así...
Me inclino a pensar que esas arandelas son producto de la casualidad, muy muy curioso, eso sí, y que se deben investigar a fondo como se investigaron las caras... Con menor, mucha menor probabilidad, pueden ser chatarra espacial de origen humano y, a mi parecer, a con NINGUNA probabilidad, son el resultado de otra civilización, ni marciana ni de ninguna otra procedencia.