Sólo por introducir algún matiz, sin entrar en cuestión de gustos que, como los traseros, cada uno el suyo. Creo que por aquí hay cierto optimismo en cuanto a la mencionada variabilidad de Madrid (área metropolitana de la capital, concretamente). Una cosa es que exista la posibilidad de cierta fenomenología y otra distinta es la periodicidad con que se produzcan.
Porque si cogemos el ejemplo de las cencelladas y las lluvias engelantes, no son meteoros que puedan estar ahí garantizados todos los años, ni
muchísimo menos. La nieve cuajada en el suelo, tampoco brilla por su recurrencia...
Si cogemos parámetros como, por ejemplo, las máximas bajo cero respecto a (lo tomo de
Nebel) Bratislava, Berlín, Viena, Praga, Varsovia y Ginebra, ahí no hay absolutamente nada que rascar.
En cambio, Madrid si puede presumir de ofrecer mucha y frecuente calima, que también tiene su punto de variabilidad