Preciosas fotos, Silver, me alegro de que disfrutaraís de vuestro viaje por la Cantabria Oriental, y los preciosos e impresionantes paisajes de la zona del Alto-Asón, menos mal que pudisteís admirar El Salto del Asón con agua, pues pocos días atrás estaba muy mermada por la sequía.
Os comentó, Luís, algo al pasar por "La Capital del Mundo", Arredondo?
Que tal las vistas hacía la costa desde la subida a Alisas.
Me alegro de que hayais disfrutado de los encantos de esta Región en vuestra corta estancía, esperamos volveros a ver pronto en La Tierruca.
Saludos, camaradas auténticos.
Saludos para ese guia de "Lujo" Luís
Saludos.
Sí, Jesús: Les comenté a nuestros visitantes el porqué a Arredondo lo llaman la "Capital del mundo". De allí salieron muchos emigrantes (llamados "indianos" en el lenguaje popular de Cantabria). Su destino principal eran las tierras de América del Sur, aunque tambien se esparcieron por otros lugares del continente del otro lado del océano. Cuando volvieron ricos a su pueblo fueron los principales benefactores de él, construyendo escuelas, iglesias, ayuntamientos, o reparando los edificios que se encontraban en mal estado. Y muchas otras cosas más.
Cuando subíamos hacia el Puerto de Alisas pudimos ver en la lejanía la ciudad de Santander, desplegada de este a oeste, distinguiéndose perfectamente varios de los lugares emblemáticos de la ciudad: El Faro de Cabo Mayor y la Península de la Magdalena. Pudimos ver también la profunda depresión en donde se asienta el pueblo de Matienzo (en términos geológicos se denominan "poljés" a estas depresiones de caliza cerradas por todas partes) y donde el único medio de escape del agua son los sumideros o las simas, por donde el curso de los pequeños arroyos desparece, para volver a aparecer a muchos kilómetros de distancia formando manantiales o surgencias kársticas. Como casi siempre, encima de Matienzo pudimos admirar la clásica niebla, atrapada entre los murallones calizos que rodean el pueblo.
Una vez en el alto del Puerto vimos la impresionante mole del Porracolina y en uno de sus extremos Peña Lavalle desde donde se inicia un apasionante viaje (solo para expertos) hacia las entrañas de la tierra. Allí, en Peña Lavalle se abre una de las simas más profundas de España: La Sima de El Cueto, con cerca de 850 metros de desnivel y que por medio de un sifón, comunica con la cueva de Coventosa. El sistema subterráneo se denomina "Cueto-Coventosa", uno de los más largos que existen. En realidad toda esta zona del Alto Asón es como un gigantesco queso gruyére. Si los paisajes del exterior son de por si espectaculares, no dejan de ser menos los que se encuentran por debajo de la superficie.