Tenía varios reportajes pendientes y como al final se me han ido acumulando fotografía voy a realizar un reportaje de mayor extensión con todas ellas. Se va a centrar en la zona comprendida entre Aracena y el Castaño del Robledo, que se corresponde con el Macizo central de la Sierra de Aracena.
La Sierra de Aracena de origen herciniano, está constituida fundamentalmente por rocas de origen metamórfico (pizarras y cuarcitas) y plutónicas (granitos). También existen algunos depósitos de rocas carbonatas en el Macizo central o Macizo de Aracena, fundamentalmente dolomías y calizas marmorlizadas. En este área la karstificación ha dado lugar a espectaculares hitos geológicos como las Grutas de las Maravillas, un ejemplo de endokarst. También destacar los travertinos de la Peña de Alájar.
Como toda Sierra Morena, las altitudes son modestas (400-1100 metros), debido a la erosión y el arrasamiento que tuvo lugar durante el Paleozoico y el Mesozoico. La disposición del relieve (NO-SE) y su cercanía al océano Atlántico favorecen una alta pluviometría. Las precipitaciones medias del Macizo central oscilan entre los 1000-1200 mm. Las temperaturas son suaves, aunque lógicamente condicionadas por la altitud.
La red fluvial es amplía y queda subdividida en tres cuencas: Guadalquivir (Rivera de Huelva, Rivera de Cala), Guadiana (Río Múrtigas, Río Chanza) y Odiel (Río Odiel).
A pesar de sus modestas altitudes presenta elevadas pendientes, que junto con la pobreza general de los suelos (poco desarrollados) ha favorecido el desarrollo de la ganadería en detrimento de la agricultura. Ésta queda restringida a los ruedos tradicionales en las partes bajas de los pueblos y a las riberas de los principales cauces, especialmente el Múrtigas, donde sí encontramos frutales u hortalizas destinadas a la comercialización.
La dehesa se erige como el sistema agrosilvopastoral preponderante de la zona. Ejemplo de equilibrio entre el medio y el hombre. La principal cabaña ganadera es el porcino, seguida muy de cerca por el bovino. La cabra tiene un peso relativo importante, teniendo la cabra blanca autóctona, que aprovecha lo que es el monte bajo.
La población es reducida, con una densidad de 13 hab/km2. Su tradicional aislamiento (escasez de infraestructuras) y una economía poco diversificada no ha ayudado a asentar a más población.
Pero en parte gracias a esto último, se han mantenido en muy buen estado la mayor parte de las masas forestales. Las que mayor superficie ocupan son la encina y el alcornoque. Aunque en el Macizo central, de mayor altitud, pluviosidad y menor temperaturas, son los bosques de castaños los que marcan el paisaje (unas 5.000 ha). También aparecen bosquetes de roble melojo, aunque sufrieron las talas indiscriminadas, quedando restringidos a los cordales de más difícil acceso.
Tras la introducción pasamos a las fotografías centradas en ese Macizo central (Aracena-Castaño del Robledo). Un recorrido por las cuatro estaciones:
Empezaremos por el otoño. Tras la marcada sequía estival vuelven las lluvias. Con éstas comenzarán a fructificar diversas clases de hongos. La Sierra de Aracena es de gran riqueza micológica, hay más de 700 especies documentadas. Los bosques caducifolios de castaños y robles nos dejarán un espectacular espectro cromático. El castañar es imprescindible en la economía de la zona. Son muchas familias las que tienen sus mayores ingresos por estas fechas. La mayor parte de la producción se exporta a Reino Unido, Italia y Valencia. También se exportan gran cantidad de setas, cuyo principal destino es Italia.
Jóvenes ejemplares de Amanita Caesarea, conocido popularmente en toda la Sierra de Aracena como Tana.Otro ejemplar en su fase óptima.Estos hongos están asociados a las raíces de árboles como los castaños. Entre Aracena y el Castaño del Robledo hay frondosos bosques de este árbol. Antes de que el ocre se vaya apoderando de sus hojas, así lucen estos cerros en el inicio del otoño:
El sotobosque de helechos va perdiendo fuelle, irá en retroceso hasta finales de la primavera siguiente:
Ya finales de octubre están con este majestuoso traje:
Su fruto, la castaña, es muy importante para las economías de localidades como Los Marines, Aracena, Fuenteheridos, Castaño del Robledo y Galaroza. Su recolección se suele iniciar a primeros de noviembre, cuando casi todos los erizos ya están en el suelo y aun no ha caído la hoja, lo cual dificulta en exceso el apaño.
Castaña y erizo con una ligera helada superficial. Esta foto es del día 1 de diciembre.Este erizo parecía una flor en eclosión.El apaño de la castaña, se lleva a cabo por cuadrillas. Mi campo de 3,5 ha tiene una producción media de 4.000 kg por temporada. Este año han sido algo menos, concretamente unos 3.000 kg.
Rumbo a Italia...
Ya acercándose el invierno empiezan a aparecer las heladas. En esta zona hay un buen número de ellas:
Los castaños ya sin hojas, éstas ya están en el suelo, sufriendo los rigores de los primeros hielos.Los charcos, el suelo y las florecillas, todo, amanece cubierto por el hielo.
Ni las florecillas se salvan.Preciosos tonos al poco de amanecer:
Aun más temprano. Eran días de apaño y había que apurar las mañanas.
Un fenómeno meteorológico que le da especial encanto a estos castañales es la niebla, al menos bajo mi punto de vista. Es una gozada pasear entre estos árboles centenarios con una espesa niebla y unos 5º.
En las cercanías del Castaño del Robledo, entre los 750 y 960 metros (máxima cota, Cerro del Castaño) tenemos unas 24 ha de roble melojo (quercus pyrenaica).
Ejemplares de roble melojo de buen porte en un soleado día invernal.Metido en un "corral" de robles. Esta imagen me recuerda a una escena de la intro del bien avenido programa Un País en la Mochila, presentado por el ilustre José Antonio Labordeta.Nos adentramos en el invierno. El bosque totalmente desnudo, las cortas tardes, el humo de la chimena...es época de buenos guisos y cocidos al cobijo de una buena lumbre.
Este año hemos tenido varios días de nevusqueo, aunque sólo llegó a cuajar en la noche del 27 de febrero y la mañana del 28. No fue gran cosa, pero dejó un paisaje sencillamente precioso.